Todo el reloj

“¿Ya arreglaste ese?”, preguntó Elías, apuntando un reloj grande que estaba encima del mostrador.  El niño siempre disfrutaba las visitas al taller del tío Benito, especialmente cuando este trabajaba en algún reloj.  “Me parece que el segundero en ese camina bien”, agregó Elías.

El tío Benito rio.  “Sí, pero es lo único que hace”.

Elías miró el reloj más detenidamente.  “Oh, no tiene manecillas”, observó, sintiéndose bobo por no haberlo notado.

“No las tiene”, afirmó el tío Benito.  “Entonces, a pesar de que el segundero avanza, no hace su trabajo ni da la hora, ¿verdad?”

“No puede sin las manecillas”, acordó Elías.  “¿Qué pasó con ellas?”

“Las tengo aquí y las pondré nuevamente en el reloj.  Pero primero quiero usar este reloj como una ilustración para dar mi clase de escuela dominical mañana”.

Elías sonrió al recordar cuando su tío había sido su maestro en la iglesia.  “Entonces todavía usas los relojes como ilustraciones.  ¿Qué vas a enseñar con este?”

“Bueno, adentro de un reloj hay muchas partes diferentes y cada una es necesaria”, respondió el tío Benito.  “Pero podemos tener todas esas partes interiores limpias y en buen funcionamiento, aunque el reloj no dé la hora.  O…”  El tío Benito le mostró las manecillas del reloj.  “Podemos tomar las manecillas o la cara del reloj, mirar de cerca, pero no sabremos la hora de esa manera tampoco.  Para ver la hora, todas las partes tienen que trabajar juntas”.

Elías sonrió.  “Creo que ya sé a dónde quieres llegar con esto”.

El tío Benito asintió.  “Todas las partes del reloj son importantes.  Ninguna puede hacer su trabajo por sí sola… y lo mismo pasa con la iglesia”.

“Sí.  Eso era lo que pensé que ibas a decir.  Pastores, maestros de escuela dominical, conserjes, músicos, ujieres… todos son necesarios para que la iglesia funcione”.

“Sí, pero no son solo los que hacen cosas para ayudar con los cultos de la iglesia”, explicó el tío Benito.  “¡Somos todos!  En la Biblia, la iglesia es llamada el cuerpo de Cristo, y Jesús nos ha dado a cada uno de nosotros una parte para mostrar Su amor a los demás, tanto en la iglesia como fuera de ella.  Cuando trabajamos juntos con otros cristianos, demostramos al mundo quién es Él”.  —  RUTH I. JAY

TRABAJA JUNTO CON LOS DEMÁS HERMANOS

VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 12:27 (NTV)

TODOS USTEDES EN CONJUNTO SON EL CUERPO DE CRISTO, Y CADA UNO DE USTEDES ES PARTE DE ESE CUERPO.

¿Alguna vez has pensado que tu parte en el cuerpo de Cristo, es decir la iglesia, no es tan importante?  ¡Sí lo es!  Así como se necesitan muchas partes para que un reloj funcione, se necesita muchas personas para hacer la tarea que Jesús nos ha dado de edificar Su Reino y demostrar Su amor a los demás.  Haz tu parte fielmente.  Trabaja junto a los demás cristianos.  Cada uno es necesario y cada uno es importante.

Clave de Hoy
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