Rueditas de apoyo

El hermano pequeño de Óscar, Leví, iba a toda velocidad por el garaje con su bicicleta, interrumpiendo, en ocasiones, a Óscar, que practicaba con su patineta.  “Oye, Leví”, dijo Noelia, una vecina que estaba cuidando de los niños mientras su mamá iba al supermercado.  “¿Por qué no vas a montar tu bici en la vereda, para que Óscar no se tropiece contigo?”

Leví se detuvo y miró a su hermano.  “Está bien”, señaló.  Rápidamente dio la vuelta y condujo su bicicleta hacia la vereda.

“¡No lo puedo creer!”, exclamó Óscar mientras miraba a su hermanito pedalear a toda velocidad.  “Hace solo un día que le quitaron las rueditas de apoyo, pero él conduce su bici como si lo hubiera hecho toda su vida.  Creo que a mí me tomó mucho más tiempo aprender a montar la bicicleta”.

“¿No usaste rueditas de apoyo?”, preguntó Noelia.

Óscar hizo un gesto negativo.  “No.  Me parecía que eran para bebés.  Mamá quería que papá las pusiera en mi bicicleta, pero cuando armé el relajo, él dijo que quizá sería bueno que yo aprenderá con el método difícil.  Me caí bastante”.

Noelia se rio.  “Bueno, Leví aprendió a equilibrarse, a pedalear y a frenar con las rueditas de apoyo, así que montar su bicicleta es natural para él.  Solo está haciendo lo mismo que siempre ha hecho”.  Noelia caminó hacia la puerta de la casa, se sentó en la grada y sonrió a Óscar.  “Espero que valores las rueditas de apoyo que tienes ahora”.

Óscar frunció el ceño.  “Yo no tengo ningunas rueditas”, protestó.

“Claro que sí… bueno, figuradamente hablando”, explicó Noelia.  “Se trata de los adultos, especialmente tus padres, que te enseñan sobre Jesús y te ayudan para que aprendas a vivir como Él desea.  Tu mamá y tu papá te llevan a la iglesia, leen la Biblia y oran contigo, ¿no es así?”

“Tú sabes que sí”, indicó Óscar.  “Vas a mi iglesia”.

“Bueno, tus padres, tu pastor y tus maestros son como las rueditas de apoyo”, expresó Noelia.  “Cuando seas mayor, te quitarán esas rueditas y tendrás que tomar tus propias decisiones sobre cómo deseas vivir.  Puede ser difícil, pero lo que estás aprendiendo ahora te ayudará a que las buenas decisiones te fluyan de manera natural”.

Óscar sonrió mientras Leví pedaleaba su bicicleta de regreso a la casa.  “Así como las rueditas de apoyo entrenaron a Leví”.KIM SHEARD

ACEPTA EL ENTRENAMIENTO DE TUS PADRES

VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 1:17

APRENDAN A HACER EL BIEN.

¿Aprecias a tus rueditas de apoyo, o sea, a tus padres u otros adultos que te enseñan acerca de Jesús y te guían hacia el tipo de vida que Él desea para ti?  Si ahora aceptas su ayuda para tomar decisiones, eso te ayudará a tomar buenas decisiones cuando crezcas.  Da gracias a Jesús por las ruedecitas de apoyo que Él ha puesto en tu vida y permite que te ayuden a aprender a vivir como Dios desea.

Clave de Hoy
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