Ranger

Amir cerró sus ojos y suspiró por la frustración. Por primera vez, Eduardo había aceptado una invitación para ir a la iglesia. La maestra había explicado que las personas están perdidas en el pecado, y Jesús vino a buscarlas y a salvarlas. Pero Eduardo no lo comprendió.

—No lo entiendo —comentó mientras caminaba a su casa con Amir—. ¡No tiene sentido! Un Dios perfecto nunca buscaría a las personas, porque no las necesitaría para nada… especialmente si son personas que siguen echando todo a perder todo el tiempo —Amir no sabía cómo explicarlo mejor de lo que su maestro lo había hecho—. Ya hablamos suficiente de Dios —dijo Eduardo cuando doblaron la esquina—. ¿Quieres ir un rato a mi casa?

Amir asintió. Cuando los niños llegaron a la casa de Eduardo, su hermanita Rosalía corrió hacia ellos.

—¡Eduardo! —gritó—. ¡Ranger se perdió!

—¿Qué? —de repente Eduardo parecía estar a punto de entrar en pánico. Amaba al perro de su familia.

—Lo busqué por todo el vecindario, pero no lo puedo encontrar —le indicó Rosalía—. ¿Puedes ir a buscarlo, Eduardo?

—Yo puedo ayudar —dijo Amir, y los niños partieron en direcciones diferentes, llamando al perro por su nombre y con silbidos.

Amir dio vuelta a la manzana y, cuando regresó a la casa de Eduardo, lo encontró lanzándole un juguete al perro.

—Ranger me oyó cuando lo llamaba y vino hacia mí —le contó Eduardo con una sonrisa—. ¡Creo que quería que yo lo encontrara!

Eso le dio una idea a Amir.

—¿Por qué tuviste que ir a buscar a Ranger? —le preguntó.

—Porque estaba perdido —explicó Eduardo con una expresión confundida—. Además, no tuve que buscarlo, ¡yo quería hacerlo! Es mi perro, me pertenece.

Amir sonrió.

—Correcto y ¿sabes una cosa? Jesús no tuvo que buscarnos tampoco. Él quiso hacerlo porque nos creó y le pertenecemos a Él. Jesús te ama, Eduardo, mucho más de lo que tú amas a Ranger. Él quiere encontrarte y puede hacerlo, pero debes querer ser encontrado —Eduardo se veía un poquito sorprendido—. Ven a visitarme uno de estos días y podremos conversar más de esto —sugirió Amir—. ¿Te parece?

Eduardo vio cómo Ranger mordía su juguete.

—Tal vez —dijo pensativo—. Voy a pensarlo.

PAULETTE CROSS

DIOS QUIERE ENCONTRARTE

VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 19:10

EL HIJO DEL HOMBRE HA VENIDO A BUSCAR Y A SALVAR LO QUE SE HABÍA PERDIDO.

¿Has perdido algo realmente importante para ti? Así se siente Dios con las personas, contigo. Si no has confiado en Jesús como tu Salvador, estás perdido en pecado. La buena noticia es que Jesús te está buscando. Confía en Él para que te encuentre y te traiga de regreso a casa. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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