¿Por qué tienes tanto miedo?

Los relámpagos iluminaban el cielo y los truenos rugían, sacudiendo la casa e inundando la sala con destellos de luz. Unos momentos más tarde, se oyó el ruido de pies que golpeaban el piso, seguido por pasos rápidos. La madre levantó la mirada del sofá y vio a su hijo de seis años, Mateo, parado en la puerta de su habitación, con la cara llena de miedo. Mamá abrió sus brazos y el pequeño corrió para abrazarla, enterrando su cabeza en el brazo de su madre.

—¿Te están asustando los rayos y los truenos? —preguntó mamá en voz baja.

Mateo asintió, todavía con la cabeza enterrada, mientras todo su cuerpo temblaba.

—¿Sabes, hijo? Cuando era pequeña, también tenía miedo de las tormentas eléctricas.

El niño asomó los ojos en su escondite.

—¿En serio? —preguntó en un susurro.

—En serio —contestó su madre—. ¿Recuerdas la historia que oíste en la escuela dominical, sobre los discípulos que estaban en la barca con Jesús cuando les cayó una horrible tormenta?

Mateo levantó la cabeza y vio a su mamá con los ojos abiertos.

—¡Sí, mami! La tormenta era tan fuerte y los discípulos tenían mucho miedo… ¡como yo!

—¿Recuerdas lo que Jesús estaba haciendo en la tormenta? —preguntó mamá.

El niño asintió.

—Estaba dormido porque no tenía miedo. Pero los discípulos estaban muy asustados, ¡así que despertaron a Jesús! Entonces Jesús le dijo a la tormenta que se detuviera, ¡y se detuvo!

—¿Recuerdas lo que Jesús dijo cuando los discípulos Lo despertaron? —preguntó mamá. Mateo negó con la cabeza, así que mamá continuó—. Les preguntó: «¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Acaso no tienen fe?». ¡Hijo, aun el viento y las olas obedecen a Jesús porque Él los creó! El Señor es poderoso y siempre está con los que confían en Él, tal como estuvo con los discípulos. Cuando sintamos miedo, debemos tener fe en que Él cuidará de nosotros.

—Creo que ya estoy listo para volver a mi cama, mami —aseguró Mateo. El niño tomó la mano de su madre y la guio por el pasillo hasta su habitación.

—¿Estás seguro? La tormenta todavía no termina —respondió mamá.

—Está bien. Si los discípulos no debían tener miedo en la tormenta, entonces tampoco debo tener miedo.

Mamá sonrió mientras arropaba a Mateo en su cama.

—Buenas noches, osito.

—Buenas noches, mami. Buenas noches, Jesús —susurró el niño mientras cerraba los ojos.

JILLIAN URSU

CONFÍA EN JESÚS CUANDO TENGAS MIEDO

VERSÍCULO CLAVE: MARCOS 4:39 (NTV)

CUANDO JESÚS SE DESPERTÓ, REPRENDIÓ AL VIENTO Y DIJO A LAS OLAS: «¡SILENCIO! ¡CÁLMENSE!». DE REPENTE, EL VIENTO SE DETUVO Y HUBO UNA GRAN CALMA.

¿Sientes miedo cuando hay relámpagos y truenos? O quizá haya otro tipo de tormenta que te llene de miedo, una tormenta de vida, como cuando uno de tus padres se queda sin trabajo o alguien que amas está enfermo. Jesús tiene poder sobre el viento y las olas, y también tiene control sobre tu situación. Aun cuando suceden cosas malas, el Señor está contigo. Cuando sientas miedo, confía en que Él cuidará de ti.

Clave de Hoy
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