Pedaleando juntos

“¡Todos juntos!”, gritó Eva.  Ella y su abuelo se sentaron en la parte de atrás de un bote de pedales, mientras su hermana, Clara, y la abuela se sentaron adelante.  Todos empezaron a pedalear juntos.

La estaban pasando muy bien, pero cuando Clara se cansó, levantó sus pies por un momento mientras la abuela seguía pedaleando, pero poco tiempo después, ella también se detuvo.

“Necesito darles un descanso a mis rodillas”, indicó el abuelo unos minutos más tarde.  Él estiró las piernas a un lado del bote, dejando a Eva pedalear sola.

“Así es muy difícil, si todos ustedes renuncian”, balbuceó Eva.  Ella también dejó de pedalear, así que el bote se detuvo casi al instante y empezó a dejarse llevar por la corriente.

Disfrutaron de flotar por un rato, hasta que el abuelo se enderezó en su asiento.  “Pedalear es más difícil de lo que parece, pero ¿están listos para empezar de nuevo?  Si no trabajamos juntos, estaremos aquí sentados todo el día”.

“Sí, y me está dando hambre”, comentó Clara.  La niña levantó los pies y empezó a pedalear.  Los demás hicieron lo mismo y pocos minutos después estuvieron de regreso en el muelle.

“Me divertí mucho”, opinó Eva mientras desempacaban su comida para almorzar al aire libre.  “Excepto cuando me tocó pedalear sola”.

Su abuelo sonrió.  “Eso me recuerda un versículo de la Biblia.  Gálatas 6:2 dice: ‘Lleven los unos las cargas de los otros’.  ¿Cómo podemos obedecer este mandato?”

“¡Cuando todos pedaleamos!”, exclamó Clara.

“Tienes razón”, afirmó el abuelo.  “Sin duda, esa es la manera de apoyarnos unos a otros cuando estamos en un bote de pedales.  ¿De qué otras formas podemos ayudar a llevar las cargas de otros?  ¿Por ejemplo, con el señor y la señora Pascal?”

“A ellos les gusta que los visitemos, porque no pueden salir”, contó Clara.  “Además, les encantó las galletas que les llevamos”.

Eva asintió.  “Y podemos enviarles tarjetas, orar por ellos y por otras personas que están enfermas y no salen mucho de su casa”.

“La hija de los Pascal a veces cocina para ellos y les ayuda a limpiar su casa”, aseguró la abuela.  “Sé que ella aprecia toda la ayuda que otras personas ofrecen a sus padres ancianos”.

“Sería muy difícil para ella cuidar sola de sus padres”, dijo Clara.

“Como cuando tenía que remar el bote yo sola”, expresó Eva.

El abuelo asintió.  “Por esa razón Jesús nos dice que llevemos las cargas unos de otros, para que podamos demostrar Su amor y cuidado a los demás y recordar que nunca estamos solos”.  —  LUCINDA J. ROLLINGS

AYUDA A LOS DEMÁS Y CUIDA DE ELLOS

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:2

LLEVEN LOS UNOS LAS CARGAS DE LOS OTROS, Y CUMPLAN ASÍ LA LEY DE CRISTO.

¿Conoces a alguien que esté pasando por un tiempo difícil?  A lo mejor tiene una enfermedad, sus padres perdieron sus trabajos o les cuesta entender las tareas de la escuela.  ¿Qué puedes hacer para ayudarle a llevar esa carga?  ¿Podrías ofrecerte a ayudar con sus tareas?  ¿Invitarle a tu casa a cenar?  ¿Decirle a esa persona que estás orando por él o por ella?  Haz lo posible para cuidar a otros y mostrarles el amor de Dios.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *