El monstruo

El museo de cera, lleno de figuras muy realistas en tamaño original de personas famosas, quedó en la más completa oscuridad en el instante que la tormenta cortó la electricidad.  Camila se agachó.  “Jaimito, ¿dónde estás?”

“Estoy aquí”.

La niña gateó hacia el lugar de donde venía su voz y se agarró de su pierna.  “¿Por qué entré en esta sección de monstruos contigo?  Debí quedarme con mamá y papá”.

“Voy a encender la linterna de mi celular”, indicó Jaimito.

El instante en que se encendió la luz, Camila gritó.  No estaba abrazada de su hermano, ¡sino de la pierna de un Frankenstein de dos metros!  La niña corrió a donde estaba Jaimito, quien se echó a reír.

“No puede hacerte daño.  Solo es un muñeco de cera”, aseguró.

“¡Pero igual me asusta!”, respondió Camila.

Unos segundos más tarde, su madre y su padre entraron, alumbrados por las linternas de sus celulares.

“Estamos bien”, les contó Jaimito.  “Frankenstein asustó a Camila”.

Mamá acarició la espalda de la niña.  “Se mira tan real, ¡y aterrador!”

Papá leyó el letrero de la exposición: “Mary Shelley publicó su famosa novela, Frankenstein, en 1818.  En la historia, Víctor Frankenstein era un científico que creó una criatura viviente”.

“Sí hemos leído su libro”, comentó la madre.  “El científico, el doctor Frankenstein, abandona a su creación después de haberle dado vida.  La criatura se llena de ira al recibir el rechazo de su creador y comienza a hacer cosas monstruosas”.

“Guau, ¡no puedo creer que el doctor Frankenstein haya abandonado así a la criatura que formó!”, exclamó Camila.

Mamá asintió.  “No se parece en nada a nuestro Creador”.

“Así es”, señaló el padre.  “El doctor Frankenstein huyó de su creación, pero la Biblia dice que Dios nos ama y nunca nos dejará”.

“Y al ser rechazado por su creador, este monstruo sintió el impulso de hacer cosas malas”, agregó la madre.  “Pero nosotros somos los que rechazamos a Dios cuando elegimos pecar.  Aun así, Dios nos amó tanto que envió a Su Hijo, Jesús a morir por nuestros pecados para que nuestra relación con Él pudiera ser restaurada”.

“Qué increíble”, expresó Camila.  “¡Dios es un Creador espectacular!”

“Sí”, afirmó Jaimito.  “A pesar de que actuamos como monstruos, Él nos salvó”.

Camila asintió.  “Pero eso no me alejaré nunca de mi amado Creador”.  —  MATT SHOEMAKER

DIOS NUNCA NOS DEJARÁ

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:5

[DIOS] MISMO HA DICHO: «NUNCA TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ».

¿Confías en tu amoroso Creador y Lo obedeces?  ¿O estás tratando de huir de Él?  Dios nos creó y, a pesar de que actuamos como monstruos y Lo rechazamos al elegir el pecado, Él no dejó de amarnos y envió a Jesús para salvarnos.  Dios nunca nos abandonará.  ¡Deja de huir y confía en Él!  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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