Nuestro salvavidas

“¡Yupi!  Voy a jugar en la piscina”, exclamó Roberto de camino a sus clases de natación.

“Me alegra que te emociones por aprender a nadar”, opinó su padre.

Cuando entraron en la piscina, Roberto vio a sus maestros en el extremo hondo.  Una maestra realizó un salto grácil para entrar al agua.  “¡Mira lo que acaba de hacer Jessica!  Es como si no tuviera miedo del agua”, comentó el niño.  Cuando se acercó a sus compañeros, el segundo instructor, Ricardo, les contó que aprenderían a nadar en las aguas profundas.  Roberto se quedó petrificado mientras sus compañeros corrían emocionados hasta el lado hondo de la piscina.

“¿Estás bien, pequeño?”, preguntó Ricardo, rodeando al niño con su brazo.

“Nunca he nadado en la sección profunda”, admitió Roberto.

“Por eso estás aquí, para aprender a nadar.  No dejaremos que te suceda nada malo”, aseguró Ricardo.

Roberto levantó la vista para encontrar afirmación en papá.

“Acuérdate de Isaías 43:2”, le dijo su padre.  “’Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, y si por los ríos, no te cubrirán’.  Ese versículo nos recuerda que, puesto que Jesús nos salvó, no debemos tener miedo cuando afrontemos situaciones atemorizantes.  Confía en que Él te ayudará.  Y también confía en los salvavidas”.

Uno por uno, los compañeros de Roberto saltaron al agua.  Cuando llegó su turno, el miedo lo venció nuevamente.

“¡Tú puedes, hijo!”, le alentó papá.

Roberto cerró los ojos y saltó.  Cuando entró en contacto con el agua, pensó que se hundiría, pero Ricardo lo haló hacia la superficie y le instruyó que flotara sobre su espalda.  El niño confió en que su maestro lo mantendría por encima del agua, y no tuvo problemas en flotar.

“¿Me viste, papá?”, pregunto Roberto después de la clase.

Su padre asintió.  “Estoy orgulloso de ti, hijo.  Confiaste en el maestro cuando estabas en la piscina y confiaste en que Jesús te ayudaría a no tener miedo”.

“Ricardo es salvavidas, así que sabía que no me dejaría ahogarme”, señaló Roberto.

“Y Jesús también es un salvavidas”, indicó papá.  “Es el que ha salvado nuestras vidas.  Aun cuando afrontemos situaciones que nos den miedo, sabemos que Él estará con nosotros y nos levantará”.

Roberto sonrió y asintió.  “¡Ya quiero que sea la próxima semana para aprender más!”  — ALEXIS WOHLER

NO TENGAS MIEDO

VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 43:1

NO TEMAS, PORQUE YO TE HE REDIMIDO, TE HE LLAMADO POR TU NOMBRE; MÍO ERES TÚ.

¿Alguna vez has sentido temor?  A lo mejor te ha dado miedo de ir al lado hondo de la piscina durante las clases de natación o tuviste que mudarte a un nuevo lugar donde no conocías a nadie.  Cuando afrontes una situación atemorizante, recuerda que Jesús está siempre con aquellos que Le pertenecen.  Si conoces a Jesús como tu Salvador, Él nunca te dejará.  No tengas miedo.

Clave de Hoy
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