No tengas miedo

Estaba oscuro en la entrada de la casa y Cecilia soltó un grito desgarrador.  “¡Cecilia!”, exclamó papá mientras abría la puerta con prisa.  “¿Qué pasó?”  “¡Diego me dejó afuera!”  A Cecilia le temblaba la voz.  “Él sabe que tengo miedo a la oscuridad”.

“Solo estoy tratando de ayudarle a vencer ese miedo”, respondió Diego al ver el ceño fruncido de su papá.  “Ella solo tiene que acostumbrarse a estar a solas en la oscuridad y ya no volverá a tener miedo”.

“¿De verdad?  ¿No te parece que sus gritos demuestran que tu plan no está funcionando?”  Papá cerró la puerta con seguro.  “¿A qué le tienes miedo tú, Diego?”

“A nada”, respondió Diego.

“¡Sí tienes miedo!  ¡Te dan miedo las abejas y las avispas!”, dijo Cecilia.

“¿Y crees que vencerías tus miedos si alguien te encerrara en una habitación llena de abejas hasta que te acostumbres a ellas?”, preguntó papá.

“Pero, papá, las abejas pueden hacernos daño.  ¡La oscuridad, no!”

“Entonces ayúdale a Cecilia para que entienda que la oscuridad no le hará daño”, indicó papá.  “¡No la aterrorices!”

Esa noche, cuando mamá acostó a Cecilia en su cama, la niña quería que se quedara un rato con ella en la habitación.  “Por favor, mami”, rogó.  “¡Todavía tengo miedo!”

“Está bien”, contestó mamá, “pero solo un ratito”.  Unos minutos más tarde, mamá le preguntó: “¿Ya te dormiste?”

“No”, respondió Cecilia con un bostezo.  “Todavía no”.

“¿Tienes miedo?”, preguntó mamá.

“No”, exclamó Cecilia.  “Estás aquí, entonces no tengo miedo”.

“Pero la luz está apagada y no puedes ver en la oscuridad.  ¿Cómo sabías que yo estaba aquí?”

“Porque me dijiste que te ibas a quedar”, indicó Cecilia, “entonces sabía que lo harías”.

“¿Sabes, hija?”, expresó mamá, “tú confías en Jesús como tu Salvador y Él dijo que no debes tener miedo porque nunca te dejará.  Él no miente.  A pesar de que no puedas verlo, puedes estar segura de que Él está contigo porque así lo prometió.  Él te salvó y siempre está contigo, por lo tanto, no deberías tener miedo.  ¿Eso te ayuda un poquito?”

“Sí, mamá”, murmuró Cecilia, y se sumió en un profundo sueño. AGNES LIVEZEY


JES
ÚS SIEMPRE ESTÁ CONTIGO

VERSÍCULO CLAVEISAÍAS 43:5

[DIOS DICE,] NO TEMAS, PORQUE YO ESTOY CONTIGO.

¿Tienes miedo a la oscuridad?  ¿O a las tormentas con relámpagos?  ¿A las arañas?  ¿A las serpientes?  ¿Te sientes mejor si alguien te acompaña cuando estás frente a alguna cosa que te asusta?  Si conoces a Jesús, recuerda que Él te salvó y promete siempre estar con Sus hijos.  Cuando algo te asuste, confía en que Él te está cuidando y nunca te dejará solo.

Clave de Hoy
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