¡No más pataletas!

René vio a su hermanito que gateaba por toda la sala.  Tito tomó un juguete, lo mordió furiosamente y luego lo tiró a un lado.  Avanzó hacia la televisión y se estiró para tocar la pantalla.  “No, no”, le indicó su madre mientras cargaba al bebé.  “No toques el televisor”.  Tito se retorció para intentar liberarse y comenzó a armar un berrinche.  “¡Chis!  Deja de hacer pataletas”, le dijo mamá.

“No le gusta que lo carguen cuando quiere algo”, comentó René.  Él sonrió mientras su hermanito trataba de liberarse de los brazos su madre.  “¡Este bebé no se queda quieto!”

“Así es”, afirmó mamá.

Cuando la madre puso a Tito nuevamente en el suelo, el bebé gateó nuevamente hacia la televisión.  “¡No, Tito! ¡Mami ya te dijo que no!”, repitió mamá.  Tito chilló y empezó a dar patadas cuando su madre lo cargó mientras se dirigía a su habitación.  “Creo que es hora de una siesta”, opinó.  “Se nota que estás cansado”.

Cuando mamá regresó, René estaba sentado en el piso, mirando por la ventana.  Ella se sentó en silencio junto a su hijo.  “¿En qué estás pensando?”, le preguntó.

René sonrió.  “¿No te cansas de decirle que no a Tito tantas veces?”, inquirió el niño. 

“A veces, sí”, contestó la madre, “pero está bien.  Con el tiempo, él aprenderá lo que está permitido y lo que no lo está”.

“¿Crees que Dios se canse de decirnos que no?”, preguntó René.  “Le pedí que me dejara jugar en el equipo de béisbol este verano, pero me dijo que no”.

“Bueno, Dios sabe lo que es mejor para nosotros y eso no siempre se alinea a lo que creemos que sea mejor para nosotros mismos, así que a veces tiene que decirnos que no”, explicó mamá.  “Solo tenemos que confiar en Él”.

“Sí… pero en realidad no nos gusta que nos digan que no”, aseguró René.

“Tienes razón”, expresó su madre.  “Y a Tito tampoco le gusta.  Él hace pataletas.  Cuando crezca, aprenderá a no hacer berrinches y a aceptar nuestras respuestas.  Y mientras crecemos y conocemos mejor a Jesús, deberíamos aprender a aceptar sus respuestas a nuestras oraciones, incluso cuando no son lo que queremos”.  Mamá sonrió.  “Confía en el Señor, hijo.  Pídele que te ayude a querer lo que Él desea para tu vida”.

“Está bien”, declaró René.  El niño sonrió.  “Y trataré de no hacer pataletas cuando Dios me diga que no”.  — VERONICA GUERRIERO

ORA Y CONFÍA EN LA RESPUESTA DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 5:14

ESTA ES LA CONFIANZA QUE TENEMOS DELANTE DE ÉL, QUE SI PEDIMOS CUALQUIER COSA CONFORME A SU VOLUNTAD, ÉL NOS OYE.

¿Cómo te sientes cuando oras y no obtienes la respuesta que querías?  ¿Haces pataletas y te quejas?  ¿O has aprendido, como lo hizo el apóstol Pablo, a aceptar las respuestas de Dios?  Jesús quiere que te acerques a Él y le cuentes tus dolores y tus deseos.  Él sabe cuál es la respuesta correcta para cada situación.  Ora para que se haga Su voluntad y confía en que el Señor te dará lo que Él sabe que es mejor.

Clave de Hoy
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