Lodo salpicado

“¡Mamá, Sergio salpicó lodo en mi ropa nueva!”, reclamó Anastasia cuando llegó a su casa, después de la escuela.  “Me bajé primero del autobús y, cuando él salió, saltó directo a un charco y me salpicó agua con lodo por todos lados”.

“Qué mal”, expresó su madre, “pero las manchas van a salir.  Estoy segura de que no fue su intención salpicarte de lodo”.

“Tal vez no, pero no tenía que reírse por eso”, aseguró la niña.  “Y me dijo que era mi culpa porque yo estaba tan cerca del charco.  Pero no fue mi culpa, ¡él es el responsable!”

Unos días después, Anastasia regresó a casa y se veía molesta.  Mamá tampoco se veía contenta cuando encontró a Anastasia en la puerta.  “Recibí un correo electrónico de tu maestra que decía que tienes que quedarte mañana después de la escuela”, señaló su madre.  “¿Qué pasó?”

“¡Yo no hice nada, mamá!”, exclamó la niña.  “Fueron las niñas con las que me siento… siempre están fastidiando a uno de los niños más pequeños que tiene un trastorno de aprendizaje. Yo no me burlo de él, pero a veces lo que dicen es tan gracioso que no puedo evitar la risa.  ¿Puedes convencerle a la señora Velasco que no me haga quedar después de la escuela?”  Anastasia miró a su madre con esperanzas.

“Hija, ¿recuerdas cuando Sergio te salpicó de lodo el otro día?”, preguntó mamá.  Anastasia asintió.  “Bueno, así como el lodo te salpicó porque estabas cerca de Sergio, las acciones de tus amigas también te salpicaron.  Aunque no fuiste la iniciadora de nada, te reíste cuando se burlaron de ese niño y no hiciste nada para detener a tus amigas.  Tus acciones le causaron tanto dolor como las de ellas”.

“Entonces, ¿tengo que quedarme mañana después de la escuela?”, preguntó Anastasia.

Su madre asintió.  “Hijita, la Biblia nos enseña que debemos elegir sabiamente a nuestras amistades.  Eso significa que hay que tener cuidado de cómo las acciones de nuestros amigos afectan las nuestras, ya sean cristianos o no.  Tenemos que recordar que Jesús nos salvó del pecado y permitir que Él influya en nuestras acciones, no las demás personas.  Jesús es el mejor amigo que podemos tener y tenemos que demostrarlo en la forma en que tratamos a los demás”. —  CHRISTINE P. HONEY

ELIGE CON CUIDADO A TUS AMISTADES

VERSÍCULO CLAVE: COLOSENSES 3:12

USTEDES COMO ESCOGIDOS DE DIOS, SANTOS Y AMADOS, REVÍSTANSE DE TIERNA COMPASIÓN, BONDAD, HUMILDAD, MANSEDUMBRE Y PACIENCIA.

¿Qué clase de amistades tienes?  ¿Te animan a realizar actos de bondad y a ayudar a otros?  ¿O te incitan a decir cosas hirientes y a meterte en problemas? Es importante que elijas sabiamente a tus amigos y que tengas cuidado de cómo influyen sobre tus acciones.  Noles sigas la corriente si hacen cosas malas.  En lugar de eso, demuestra a todos el amor de tu mejor amigo, Jesús.

Clave de Hoy
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