La pieza que falta

—¡Lo encontré! —Tristán sostenía triunfante la pequeña pieza de un rompecabezas.

—¡Buen trabajo! —el abuelo chocó la palma de su mano con la de su nieto—.  ¡Hemos estado buscando esa pieza por semanas!

—¡No puedo creer que nos falta poco para terminar un rompecabezas de 50 000 piezas, abuelo!  Este ha sido el más difícil que hemos armado.

Su abuelo asintió.

—Sin duda vamos a unir con pegamento cuando hayamos terminado.

En las semanas siguientes, el rompecabezas estaba casi armado en su totalidad.

—¡Hoy es el día! —los ojos del abuelo brillaban de la emoción cuando Tristán entró por la puerta—.  ¡Hoy terminaremos de armar el rompecabezas!

Una hora después, el abuelo y su nieto estaban buscando en las esquinas de la caja, entre los cojines de los sillones, en el piso.

—Oh, no, abuelo, hemos trabajado por meses, ¿y ahora nos falta una pieza?  ¡Todo nuestro trabajo está arruinado! —el niño se dejó caer en el sillón con gemido.

El anciano negó con la cabeza.

—Qué decepción… pero esta pieza que nos falta me hace acuerdo de lo que estaba leyendo anoche en mi Biblia.  ¿Recuerdas lo que Dios requería de las personas cuando pecaban en el Antiguo Testamento?

—Sí, tenían que hacer sacrificios de animales y seguir un montón de reglas.

—¡Correcto!  Pero no era la intención de Dios que las cosas siguieran así para siempre.  En última instancia, todas las cosas buenas que hagamos no compensan las malas que hemos hecho, porque son como trapos sucios en comparación de un Dios que es perfecto.  Faltaba una pieza, así como en nuestro rompecabezas —el abuelo guiñó el ojo—.  El plan de Dios era enviar a Su único Hijo, Jesús, a morir por nuestros pecados y luego resucitarlo de entre los muertos.  Romanos 10:4 dice: «Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree».  Cuando confiamos en Jesús, Él nos hace perfectos ante los ojos de Dios.

—Me parece genial que todos los que confíen en Jesús sean salvos —comentó Tristán—.  Esa era la pieza que faltaba…  fue encontrada en Jesús —el niño miró el rompecabezas—.  ¿Sabes, abuelo?  Creo que deberíamos ponerle pegamento al rompecabezas y colgarlo, aunque nos falte una pieza.  Cada vez que lo veamos, recordaremos que el plan de Dios se cumplió en Jesús.

SAVANNAH COLEMAN

JESÚS ES LA PIEZA QUE FALTA

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 10:9 (NVI)

SI CONFIESAS CON TU BOCA QUE JESÚS ES EL SEÑOR Y CREES EN TU CORAZÓN QUE DIOS LO LEVANTÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, SERÁS SALVO.

¿Hay una pieza que falta en tu corazón?  En el Antiguo Testamento, las reglas que el Palabra de Dios tenía que seguir y los sacrificios que tenían que hacer cuando pecaban tenían el propósito de apuntar a la pieza que faltaba en el rompecabezas: Jesús.  Él hizo lo que nosotros éramos incapaces de hacer.  Jesús vivió una vida perfecta y después hizo el sacrificio supremo para salvarnos del pecado.  ¿Has confiado en Él como tu Señor y Salvador?  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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