La obra de teatro en Navidad

Carlita se paró en el escenario con los demás pastores en el teatro navideño de su iglesia. La niña frunció el ceño al ver a la señorita Lena, su maestra de escuela dominical, en la primera fila. Carlita había querido ser María. Quería cargar al muñeco que representaba al niño Jesús. Teresa, quien tenía el papel de María, ni siquiera era una buena actriz.

Entonces Carlita tuvo una idea. Cuando el ángel vino a contar las buenas nuevas del nacimiento de Jesús, los pastores siguieron con calma la estrella hacia el establo que estaba al otro lado del escenario, menos Carlita, quien se adelantó corriendo velozmente.

Teresa gritó:

—¡Carlita! ¿Qué estás haciendo?

—¡No me llamo Carlita! —la niña se estiró para hablar por el micrófono de Teresa—. Mi nombre es María y te robaste mi bebé. ¡Devuélvemelo!

Carlita trató de arrebatarle el muñeco que hacía de Jesús, y Teresa se hizo para atrás, empujando el establo de cartón, el cual cayó al piso. Algunos de los pequeños actores que hacían de ovejitas se pusieron a llorar.

La señorita Lena corrió al escenario.

—Veamos esto como un breve intermedio —les dijo a los miembros de la iglesia—. Por favor, esperen un minuto para que podamos solucionar este problema.

La madre de Carlita también subió al escenario.

—¡Hija! ¿En qué estabas pensando?

El estómago de Carlita se retorció por la culpa.

—No… no lo sé —ella había querido ser la estrella, pero, en vez de eso, había arruinado la obra de teatro.

—Ven a sentarte conmigo durante el resto de la obra, Carlita —señaló la señorita Lena.

La niña bajó la cabeza.

—Está bien.

Al ver el resto de la obra, Carlita se dio cuenta de que Teresa era una excelente María. La verdadera María era humilde y bondadosa. No se creía mejor que los demás, como Carlita acababa de hacerlo. De camino a casa, la niña confesó:

—Solo estaba pensando en mí misma con lo que hice hoy.

Su madre asintió.

—¿Sabes? La Biblia dice que debemos poner a los demás en primer lugar. Jesús lo hizo cuando se hizo humano y murió por nuestros pecados para salvarnos. Él hizo esto por nosotros porque nos amaba. Y debido a que confiamos en Jesús, podemos amar a otros y vivir como Él. Podemos llenarnos de gozo y contentamiento en cualquier papel que tengamos.

—¿Aun si fuera el papel de un pastor o una oveja? —preguntó Carlita, y mamá le respondió que sí con la cabeza—. Quiero amar a las personas como Jesús —aseguró la niña—. Y voy a comenzar pidiéndoles perdón a Teresa y a la señorita Lena.

BECCA WIERWILLE

PON A LOS DEMÁS EN PRIMER LUGAR

VERSÍCULO CLAVE: FILIPENSES 2:3

NO HAGAN NADA POR EGOÍSMO O POR VANAGLORIA, SINO QUE CON ACTITUD HUMILDE CADA UNO DE USTEDES CONSIDERE AL OTRO COMO MÁS IMPORTANTE QUE A SÍ MISMO.

¿Alguna vez has peleado por ser el centro de atención? ¿Hay veces en que piensas tanto en ti mismo que te olvidas de la gente que te rodea? Todos somos egoístas a veces. Pero Jesús nos salvó del pecado para que podamos vivir con amor y unidad, y Él nos ayudará a poner a otros antes que a nosotros mismos. Actuar con humildad y pensar primero en los demás es una excelente manera de demostrar el amor de Jesús.

Clave de Hoy
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