El verdadero regalo

Emilia se meneó para bajarse del regazo de su madre y caminó lentamente hacia los regalos envueltos en papeles brillantes, que estaban bajo el árbol de Navidad.

—¡Quieta ahí, pequeñita! —mamá la cargó y la llevó de regreso al sillón—. El abuelo nos va a leer una historia.

El anciano comenzó a leer la conocida historia del nacimiento de Jesús. Jacinta, la hermana mayor de Emilia, dejó que su mente divagara mientras su abuelo leía sobre los ángeles, los pastores y los sabios que trajeron sus regalos. «¡A Emilia le encantará el osito de peluche que Arlo y yo le compramos!», pensó.

El abuelo terminó de leer y la madre oró, dando gracias a Dios por el Salvador que vino a dar vida eterna a todos quienes confiaban en Él. Entonces pasaron los regalos.

—Este es para ti, Emilia —le dijo Jacinta, poniendo el regalo de su parte y de Arlo delante de su hermanita, en el piso—. Ábrelo —la pequeña rio, pero parecía que no sabía qué hacer. Solo se puso a jugar con los listones—. Mira, tienes que hacerlo así —le indicó Jacinta mientras sacaba un lazo. Emilia tomó el lazo y se lo metió en la boca.

—A este paso, estaremos aquí toda la noche —comentó Arlo—. Quiero ver qué le parece el regalo que le compramos.

Entonces él y Jacinta empezaron a quitar el papel de regalo.

—Mira este osito esponjoso —indicó Jacinta mientras ponía el peluche en el regazo de Emilia. La pequeña lo miró por un momento, después lo lanzó a un lado y se estiró para agarrar el papel de regalo. La hermanita menor reía mientras arrugaba el papel colorido en sus deditos y se envolvía los listones en su cabeza. Después se puso a jugar con la caja vacía.

—Le dimos un regalo tan lindo, ¡y parece que no lo quiere! —exclamó Arlo—. Prefiere jugar con el papel y las cintas.

—Puedo ver, niños, que se sienten decepcionados por la reacción de Emilia con su regalo —opinó el abuelo—. ¿Creen que Dios se sienta así en Navidad?

Arlo y Jacinta lo miraron sorprendidos.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó la niña.

—Emilia se quedó entusiasmada con las envolturas, en lugar del regalo que le dieron, y nosotros podemos quedarnos entusiasmados en todas las luces y la diversión de la Navidad, como los regalos, las compras y las fiestas, e ignorar el verdadero regalo —explicó el abuelo—. El verdadero regalo es Jesús y la vida eterna que nos ofrece.

JAN L. HANSEN

ACEPTA EL REGALO DE DIOS: LA VIDA ETERNA

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 5:11

DIOS NOS HA DADO VIDA ETERNA, Y ESTA VIDA ESTÁ EN SU HIJO.

¿Qué significa la Navidad para ti? ¿Es tiempo de fiestas y buena comida? ¿Significa ir de compras y dar regalos? ¿O piensas en cómo Dios vino a la tierra como un bebé? ¿Le das las gracias por haber venido a salvarte de tus pecados? ¿Has aceptado el regalo más maravilloso de todos, es decir, la vida eterna a través de Jesús? No ignores el verdadero regalo de la Navidad. ¡Pon tu confianza en Jesús hoy mismo! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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