Jesús en la ventana

“Lamento mucho interrumpir sus tareas, chicos”, dijo mamá, “pero deberíamos ir afuera para ver la puesta del sol.  Está espectacular hoy”.

Zacarías y Cristóbal pusieron una marca en sus libros y se levantaron del sillón.

“¿Cómo sabías que la puesta del sol estaba tan linda hoy, mamá?”, preguntó Cristóbal mientras miraba por la ventana.  “Esta ventana da al norte.  Es imposible que hayas visto el sol desde aquí”.

Zacarías le dio un codazo a su hermano.  “Las mamás tienen ojos, o espías, en todos lados.  Todo el mundo lo sabe”.

Mamá se rio mientras abría la puerta.  “Es verdad que veo muchas cosas, pero mis únicos espías son las casas del otro lado de la calle”.

“¿Ah?”  Cristóbal salió de la casa, dando un vistazo al vecindario.

“Miren sus ventanas.  ¿Qué ven?”

Los tres estaban parados afuera de la puerta de la casa.

“¡La puesta de sol!”, señaló Zacarías.  “¡Puedo verla en las ventanas de los vecinos!  Así fue como mamá supo qué tan bello estaba el atardecer”.

Su papá se les unió mientras cruzaban la calle para poder ver al sol con toda su gloria en el oeste.

“¿Y si los vecinos no hubieran tenido ventanas?”, preguntó el padre.

“Entonces no hubiéramos visto la maravillosa puesta del sol de hoy”, respondió Zacarías.

“Es verdad.  Y esa es una lección espiritual para nosotros”, comentó papá.  “La Biblia dice que los demás pueden ver a Jesús en nosotros, casi como si fuéramos ventanas o espejos que lo reflejan.  Él nos cambia más y más para parecernos a Él cuando pasamos tiempo con Dios.  Luego, cuando los que nos rodean ven nuestras vidas, puede que se den cuenta de que Jesús es real y quieran conocerle ellos también.  Queremos que otros vean lo maravilloso que es Jesús cuando nos miran a nosotros”.

“O sea, ¿es como cuando nos ven que hacemos cosas buenas por otras personas?  ¿Cuándo perdonamos a otros o llevamos comida para nuestros vecinos enfermos?”, preguntó Zacarías.

“¿Y también cuando somos más pacientes cuando los niños más chicos quieren jugar fútbol con nosotros?”, agregó Cristóbal.

“Sí”, exclamó el papá mientras caminaban de regreso a la casa.  “Algo así”.

“¡Genial!  Hagamos una lista con las formas en que podemos ser buenos reflectores”.

“Buena idea”, afirmó mamá.  “Pero no se olviden de terminar sus tareas”. ROBIN STEINWEG

REFLEJA A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:2

NO SE ADAPTEN A ESTE MUNDO, SINO TRANSFÓRMENSE MEDIANTE LA RENOVACIÓN DE SU MENTE.  

¿Cómo reflejas a Jesús en tu vida?  Puede que te esfuerces por hacer el bien por tu cuenta, pero entonces solo terminarás presumiendo de ti mismo delante de la gente.  Para reflejar a Jesús, tienes que pertenecerle a Él (lee sobre las Buenas Nuevas aquí).  Entonces, mientras más conozcas a Jesús, Él renovará tu mente y te transformará de adentro hacia afuera, para que los demás puedan ver la obra de Dios en ti.

Clave de Hoy
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