Hasta los pastelillos importan

“¡Ahí está, mamá!  ¡Toma la bolsa!”  Sofía aplastó su nariz en la ventana del auto mientras su mamá sonreía y le entregaba a un hombre parado en la esquina una bolsa con alimentos y otros bienes.

El hombre sonrió y dijo: “¡Dios les bendiga!”, mientras aceptaba el regalo.

Cada vez que salían, la madre, Sofía y Diego llevaban una bolsa de comida por si vieran alguien en el camino que tuviera necesidad.  Oraban por la persona después de que esta recibiera su bolsa.

“Amado Dios”, oró Diego, “por favor, ayúdale a este hombre para que tenga alimentos suficientes para saciarse hoy, y dale un lugar cálido para dormir esta noche.  Pero, más que nada, si no Te conoce, oro para que él abra su corazón a Ti.  Amén”.

“¡Ojalá le gusten los pastelillos de banano con chispas de chocolate que hicimos!”, exclamó Sofía con una sonrisa.

Diego rio.  “Sí, hoy había cosas ricas en esa bolsa.  Si no hubiéramos regalado los pastelillos, ya nos los hubiéramos comido todos.  ¡Estaban deliciosas!”

Mamá sonrió.  “Ustedes están comiendo mucho estos días, ¡como si tuvieran un agujero en la barriga!”

Sofía permaneció en silencio mientras miraba por la ventana.  “Mamá, ¿crees que ese hombre sepa lo que es el amor?”

“¿Recuerdas el versículo que escribimos y pusimos en la bolsa para él?”, preguntó su madre.

“¡Sí!  Primera de Juan 3:16: ‘En esto conocemos el amor: en que Él puso Su vida por nosotros’”, recitó la niña.

“Exactamente”, contestó mamá.  “¿Sabes qué dice la segunda parte de ese versículo?  Dice: ‘También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos’”.

“¡Pero nosotros no podemos morir por otras personas todos los días!”, razonó Diego.

Mamá rio.  “No podemos, pero sí podemos permitir que nuestras palabras y acciones cuenten a otros que Jesús los amó tanto que murió por ellos.  No solo debemos hablar a las personas del amor de Dios, sino que tenemos que demostrarlo en la forma en que actuamos con los demás”.

“Entonces supongo que ese hombre sí sabe lo que es el amor, ¡porque se lo demostramos!”, gritó Sofía, emocionada.

“Oye, mamá”, señaló Diego cuando llegaron a la casa.  “Después que bajemos las compras del automóvil, ¿podrías mostrarnos el amor de Jesús haciéndonos más pastelillos?”  – SAVANNAH COLEMAN

DEMUESTRA EL AMOR DE DIOS EN ACCIÓN

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:18

HIJOS, NO AMEMOS DE PALABRA NI DE LENGUA, SINO DE HECHO Y EN VERDAD.                                

¿Quieres mostrar amor a los demás?  El que Dios haya enviado a Su Hijo, Jesús, a morir por nosotros es la mayor prueba de amor que existe.  Puedes mostrar a las personas el amor de Dios todos los días a través de tus acciones y de tus palabras.  Hay muchas maneras en las que puedes demostrar ese amor, y no tiene que ser algo muy grande.  Puedes hacer una tarjeta para alguien que esté enfermo o ayudarle a algún vecino de la tercera edad a limpiar su casa.  Dios usará lo que hagas para Él para mostrar a los demás Su regalo de amor en Jesucristo.

Clave de Hoy
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