El rompecabezas

Leer:

“¡Mira todas esas piezas!”, exclamó el pequeño Ruperto cuando sus hermanos abrieron la caja del rompecabezas.  “Yo quiero ayudar”.  El niño empezó a voltear las piezas y a buscar dónde iban.

“Deja de hacer eso”, le dijo Penélope, dándole un codazo a Ruperto para echarlo de la mesa cuando este trató de añadir una pieza a la sección en la que estaba trabajando.  “Esa pieza blanca no va ahí.  Yo estoy trabajando en la laguna azul”.

“Tampoco va ahí”, aseguró Leví un minuto después.  “Tu pieza es parte de la casa blanca, no de los árboles verdes”.

“Pero ¿dónde va la casa?”, preguntó Ruperto.

“La imagen de la caja muestra cómo se verá el rompecabezas terminado”, explicó su madre.  “La casa blanca está en la esquina de arriba”.  Ella lo señaló.  “Encontremos más piezas blancas”.  Enseguida, Ruperto se puso a observar detenidamente la imagen de la caja del rompecabezas, mientras seleccionaba las piezas.

“El rompecabezas se parece cada vez más a la imagen”, comentó Ruperto después de armar varias piezas.

“Eso me recuerda lo que la Biblia dice acerca de nosotros”, comentó mamá.  “Los cristianos crecemos para ser cada vez más como Jesús”. 

“Pero no tenemos una imagen de Jesús para ver, como la caja”, se quejó Penélope.

“No sabemos cómo se veía Jesús físicamente”, respondió su madre, “pero la Biblia no se refiere a la apariencia física, sino de Su carácter y Su corazón.  El Espíritu Santo nos ayuda a amar lo que Jesús ama, a compartir Sus actitudes y deseos.  Y sí tenemos algo que nos permite ver esas características en Jesús”.

Leví alzó la mirada.  “Oí una vez decir que la Biblia nos muestra una imagen de Jesús”.

“Sí”, afirmó Penélope.  “¡Nos dice todo sobre Él!”

“¿Me podrían dar un ejemplo?”, preguntó mamá.

“Jesús es santo porque es Dios”, declaró Leví.

“Él nos ama; es bueno y paciente”, agregó Penélope.  “Y…”  La niña miró al pequeño Ruperto.  “Él no daría codazos a nadie”.

“Jesús… ¡Jesús ayudaba a las personas!”, exclamó Ruperto.  El niño sostuvo en alto una pieza y sonrió.  “Mami me ayudó a encontrar esta pieza, vi la imagen de la caja y va aquí”, expresó con alegría mientras encajaba la pieza en el rompecabezas.  —  AGNES MADDY

SIGUE EL EJEMPLO DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 3:18 (NTV)

EL SEÑOR, QUIEN ES EL ESPÍRITU, NOS HACE MÁS Y MÁS PARECIDOS A ÉL A MEDIDA QUE SOMOS TRANSFORMADOS A SU GLORIOSA IMAGEN.

¿Estás creciendo para parecerte cada vez más a Jesús?  La Biblia nos dice cómo es Él.  Es una imagen del amor que Jesús tiene por nosotros.  Léela por ti mismo.  Escucha las historias bíblicas.  Pon atención en la iglesia.  Cuando leas y escuches sobre Jesús y cómo es Él, piensa en cómo actuaría en tu situación.  Sigue Su ejemplo y confía en que Dios te ayudará a crecer para ser cada vez más como Jesús, mientras demuestras Su amor a los demás.

Clave de Hoy
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