El rescatista

“Carolina, ¿puedes traer el correo, por favor?”, le pidió su madre mientras regaba su flor de nochebuena.

“¡Pero hace tanto frío afuera!”, se quejó Carolina.  Mamá le lanzó una mirada y la niña suspiró.  “Está bien, ya voy”.

Carolina se puso las botas y su abrigo, y salió en el frío de la noche.  Mientras caminaba por el jardín, le pareció oír un lloriqueo en los arbustos que estaban junto a su buzón.  La niña se agachó y empujó las ramas para ver qué había ahí y entonces ahogó un grito.

“¡Oh! ¡Una cachorrita!”  Carolina estiró su mano y la perrita diminuta se inclinó hacia adelante para olfatearla.  Esta miró a Carolina y movió su colita.  “Qué ternura”, expresó la niña.  “¿Qué estás haciendo aquí afuera, en este frío?”  Ella revisó el cuello de la perrita para ver si había un collar, pero no lo encontró.  “¡Supongo que tendrás que venir conmigo!”  Carolina cargó a la cachorrita y entró a la casa.

“¿Dónde está el correo, hija?”, preguntó su madre.

“No lo traje.  ¡Encontré algo mucho mejor!”  Carolina sostuvo a la perrita, que temblaba de frío.

“¡Una cachorrita!”, chilló su hermanita menor, Bella.  “¿Podemos quedarnos con ella?  ¡Por favor!”

“¿Dónde la encontraste?”, preguntó su padre.  “¿Afuera, en el frío?”  Carolina asintió.

“Nos quedaremos con ella por ahora, al menos”, indicó mamá.  “Busquemos una cobija y algo de comer para ella”.  La madre fue al refrigerador y sacó un poco de pollo mientras Carolina fue a conseguir una cobija. 

“Pongámosle de nombre Zoe”, sugirió Carolina, acariciando a la perrita mientras esta devoraba la comida.  “¡Me alegra tanto que la hayamos rescatado!”

Papá asintió.  “Y a mí me alegra tanto que Jesús hiciera lo mismo por nosotros.  Él se acercó en la fría oscuridad del pecado y nos trajo a la calidez de Su amor”.

Bella rio.  “¡Papi, Jesús no me rescató no me rescató del frío!  Yo estoy abrigadita con mi abrigo y mis guantes”.

El padre sonrió.  “Solo estoy usando un ejemplo.  Jesús nos rescató del pecado y nos hizo parte de Su familia.  ¡Esa es la razón por la que vino en Navidad!  Zoe no podía rescatarse a sí misma y nosotros tampoco podemos hacerlo.  Todos necesitamos que Jesús nos salve”.

“¡Guau!”, ladró Zoe, demostrando que estaba de acuerdo.  La familia estalló en carcajadas.

“¿Ves?”, bromeó papá.  “¡Zoe está de acuerdo conmigo!” —  ABBY DYKSTRA

JESÚS VINO A RESCATARTE

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 3:16

DE TAL MANERA AMÓ DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU HIJO UNIGÉNITO, PARA QUE TODO AQUEL QUE CREE EN ÉL, NO SE PIERDA, SINO QUE TENGA VIDA ETERNA.

¿Alguna vez te has preguntado para qué vino Jesús a la tierra?  Vino a morir por tus pecados, para que puedas conocer la calidez de Su amor.  Todos pecamos y necesitamos que Jesús nos rescate.  No podemos ser salvos sin Él.  Jesús te ama y quiere que tengas vida eterna con Él.  ¡Confía en Cristo como tu Salvador hoy mismo! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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