El rescate de la balsa

Elías sabía que no debía irse solo en su balsa hecha en casa, pero de todos modos se trepó en ella.  “No es que vaya a irme a algún lado”, pensó.  “Está amarrada en este fuerte olmo”.  Entonces se sentó y disfrutó la sensación de la balsa que se mecía suavemente de un lado a otro con la corriente del río.

Pero la cuerda que sostenía la balsa al árbol estaba muy desgastada, y cuando Elías brincó para volver a la casa, ¡ se rompió de repente!  La balsa se alejó de la orilla del río y se dirigió aguas abajo hacia un lugar en que el río descendía en medio de rocas y rápidos.  “¡Auxilio!”, gritó Elías mientras agitaba los brazos frenéticamente.

La corriente se hacía más fuerte y Elías se aferraba a la balsa, sin dejar de gritar.  “Si la balsa llega a esos rápidos, puedo morir”, pensó de pronto.  Se agarró de la balsa con más fuerza y gritó con toda su energía, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Entonces vio que alguien venía corriendo hacia el agua.  “¡Salta y te salvaré!”, le gritó una voz.

Elías seguía aferrado a la balsa, aterrorizado, y no estaba seguro de poder soltarla, a pesar de que los rápidos se acercaban rápidamente.  Miró al hombre en medio de la feroz corriente y se dio cuenta con un sobresalto que era su propio padre.  El niño saltó a las agitadas aguas y su papá agarró su brazo para arrastrarlo hacia la orilla.

“¿Sabes?  Esta experiencia me enseñó algo”, comentó su padre más tarde, mientras le pasaba a Elías una taza de chocolate caliente.  “Tenías que soltar esa balsa y confiar en mí para poder salvarte, ¿cierto?”  El niño asintió.  “Bueno”, continuó papá, pensativo, “un amigo mío del trabajo me ha estado diciendo que tengo que dejar de creer que puedo arreglarme a mí mismo y que confíe en Jesús.  Me dijo que la Biblia dice que todos nos dirigimos a una muerte segura y no podemos salvarnos a nosotros mismos.  Así como tuviste que estar dispuesto a saltar y confiar en mí para poder salvarte, debemos estar dispuestos a confiar en Jesús para que Él nos salve de nuestros pecados y podamos tener vida eterna”.

“Yo no sé mucho sobre Jesús”, expresó Elías, “pero si Lo necesitamos tanto como yo te necesité hoy, quiero saber más”.  —  CHARLIE VANDERMEER

DEJA QUE JESÚS TE SALVE

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 6:23

PORQUE LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE, PERO LA DÁDIVA DE DIOS ES VIDA ETERNA EN CRISTO JESÚS SEÑOR NUESTRO.

¿Has puesto tu confianza en Jesucristo?  Dios dice que eres un pecador, una pecadora, y nada de lo que hagas puede cambiar esa realidad.  El pecado trae muerte, muerte eterna.  Pero Jesús sufrió la muerte por ti y solamente al poner tu confianza en Él puedes salvarte y tener vida eterna.  ¡Confía en Jesús como tu Salvador hoy mismo!  (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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