El precio de la libertad

El Día de los Caídos, Santiago miró a su alrededor en el cementerio.  “Mira todas las banderas que ondean con la brisa”, comentó al entregarle a su papá el jarrón con flores que habían llevado. 

“Papá, ¿por qué solo algunas tumbas tienen banderas junto a ellas?”, preguntó Nidia, señalando una sección especial del cementerio.  “Todas las de allá tienen banderas”.

“Esas son las tumbas de hombres y mujeres que sirvieron en las fuerzas armadas de nuestro país.  Muchos de ellos entregaron sus vidas para proteger nuestra libertad”, explicó papá.  “Algunas ciudades tienen eventos especiales y desfiles para honrarlos”.

“Ellos pagaron un alto precio para mantener nuestra libertad, ¿no es así?”, preguntó Santiago, pensativo.

“Sí, sin duda”, contestó su padre, ubicando las flores en las tumbas de sus padres.  Cuando dio vuelta para irse, agregó: “Hay alguien que pagó un precio mucho mayor por nuestra libertad”.

“¿Un precio mayor que morir?”, preguntó Nidia.  “¿Quién lo hizo?”

“¡Yo sé quién fue!  Jesús”, respondió Santiago.  “¿Verdad, papá?”

El padre asintió.  “Cuando Jesús murió en la cruz por nosotros, cargó no solo con el dolor de la muerte física, sino también con el castigo por nuestro pecado.  Ese es un costo que va más allá de nuestro entendimiento.  Jesús lo hizo porque nos ama.  Si confiamos en Él, no tenemos que sufrir el castigo que merecemos”.

“Pero Jesús no tiene ninguna tumba para que podamos decorarla”, observó Nidia.

“Eso es porque resucitó”, aseguró Santiago.  “¡Está vivo en el cielo!”

“Sí, así es”, indicó su padre con una sonrisa.  “Cuando el precio del pecado fue pagado en su totalidad, Jesús resucitó de entre los muertos, así que no tenemos una tumba para decorar.  Pero sí hay una forma muy importante de recordar Su sacrificio”.

“¿En serio?”, preguntó el niño.  “¿Cómo?”

“Cuando tenemos la Cena del Señor en la iglesia”, explicó papá.  “Es la manera en que recordamos el sacrificio de Cristo en la cruz y también muestra que esperamos con ansias Su regreso.  Cuando Él venga otra vez, librará al mundo del pecado y de la muerte, y quienes Lo conozcan vivirán con Él para siempre”.

“¡Ahí no habrá ninguna tumba para decorar!”, exclamó Nidia.

“No”, señaló su padre, “porque Jesús resucitará a todos los cristianos que hayan muerto, ¡y vivirán otra vez!  Hasta que llegue ese día, debemos recordar el gran sacrificio que Él realizó para salvarnos”.  —  JAN L. HANSEN

RECUERDA EL SACRIFICIO DE CRISTO


VERSÍCULO CLAVE: 1 CORINTIOS 11:26

PORQUE TODAS LAS VECES QUE COMAN ESTE PAN Y BEBAN ESTA COPA, PROCLAMAN LA MUERTE DEL SEÑOR HASTA QUE ÉL VENGA.

¿Tu iglesia celebra cultos especiales para tomar la Cena del Señor?  Cuando tengan ese culto, toma un momento para darle gracias a Jesús por el sacrificio que hizo para que pudieras recibir la salvación sin tener que sufrir el castigo por tu pecado.  Dale gracias a Dios por amarte tanto.  Recuerda que Jesús está vivo y un día regresará, y todos los que confían en Él vivirán a Su lado para siempre.

Clave de Hoy
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