El equipo de Jesús

Pedro y su abuelo estaban viendo una carrera automovilística en la televisión, pero al anciano le costaba entender las reglas.  “No me parece justo”, comentó.  “El carro número 5 estaba ganando hasta que hizo la parada técnica para cambiarse la llanta.  La gente en el box era demasiado lenta, así que el conductor perdió la carrera.  Pero no fue su culpa en realidad”.

“Lo que pasa es que son un equipo”, explicó Pedro.  “Así como en el fútbol, si un jugador se equivoca, todo el equipo pierde”.

“Supongo que eso tiene sentido”, afirmó el abuelo justo en el momento que entró la hermana de Pedro, Alba.

“Leo acaba de llamar para recordarte que mañana llevará a Tomás a la noche de juegos en la iglesia”, le indicó a Pedro.  “Él quiere que también estés ahí”.

“No voy a ir”, señaló Pedro.  “No me gustan las noches de juegos”.

Alba se encogió de hombros y salió de la habitación.  El abuelo se dirigió a su nieto: “Me da la impresión de que Leo cuenta contigo”.

Pedro se encogió de hombros.  “Tomás es amigo de Leo, no mío.  No tengo que estar ahí.  De todos modos, mañana hay otra carrera.  ¿Quieres verla conmigo?”

“No sé”, contestó el anciano.  “¿También estará ahí ese equipo de los boxes?”

“Por supuesto, abuelo.  Son un equipo, ¿lo recuerdas?”

El abuelo asintió, pensativo, y después preguntó: “¿Sabías que también eres parte de un equipo?”

Pedro no recordaba formar parte de ningún equipo, así que su abuelo se lo explicó.

“La Biblia nos dice que los creyentes son un equipo.  Dice que somos partes de un mismo cuerpo que funcionan juntas.  La Biblia declara que tenemos una misma mente y una voz, y que Dios nos ha dado a todos dones diferentes para que trabajemos juntos para edificar la iglesia y mostrar el amor de Jesús a los demás.  Eso es lo que es un equipo, ¿cierto?”

“Bueno… sí… supongo”, admitió Pedro.

“Me da la impresión de que Leo necesita un compañero de equipo que le ayude a llevar a su amigo hasta la meta.  Él quiere que Tomás sepa que Jesús lo ama y necesita de tu ayuda para hacer lo posible para que eso ocurra”.

“¿Crees que debo estar en el equipo de los boxes?”, preguntó Pedro.

Su abuelo sonrió.  “Trata de imaginar lo mal que le hubiera ido al automóvil 5 si no hubiera tenido esa parada técnica con su equipo”.

“Voy a llamar a Leo”, dijo Pedro.  “No quiero decepcionar a mi equipo”.  — HEATHER TEKAVEC

SÉ PARTE DEL EQUIPO DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: ECLESIASTÉS 4:9

MÁS VALEN DOS QUE UNO SOLO, PUES TIENEN MEJOR PAGO POR SU TRABAJO.

¿Sabías que, si eres creyente, eres parte de un equipo?  ¡Estás en el equipo de Jesús!  Eso implicaría que ayudes a otras personas a demostrar Su amor a una persona nueva u ofrecer tu ayuda en la iglesia, una misión local o en algún otro lugar donde los cristianos sirvan juntos al Señor.  No todos están equipados para todas las tareas, pero cada persona tiene la capacidad de ayudar en algún lugar.  Apoya a tu equipo al ayudar a otros creyentes para que sirvan juntos a Jesús.

Clave de Hoy
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