El cortafuegos
—El dicho: «Cuando no hay noticias, son buenas noticias» casi siempre es verdad —observó papá mientras apagaba el radio del automóvil —. Ya oí suficientes noticias por hoy.
—El hombre de la radio dijo que unos presos se escaparon. ¿Crees que puedan estar cerca de aquí? —preguntó preocupada Alondra, mirando por la ventana—. ¿Qué tal si…?
—¡Miren! —Gustavo la interrumpió—. ¡Ahí debe haber un incendio! —el niño señaló hacia adelante, donde el humo subía hacia el cielo—. ¡Guau! ¡Primero oímos de presos que escaparon de la cárcel y ahora vemos un incendio! ¡Parece que es grande!
Cuando se acercaron un poco más, el padre se estacionó para ver el fuego.
—El incendio está controlado —afirmó—. Parece que un granjero está quemando hierbas secas.
—Parece que estuviera haciendo un cortafuegos —comentó Gustavo.
—¿Qué es un cortafuegos? —preguntó Alondra.
Su hermano estaba ansioso por explicárselo:
—Un cortafuegos es un pedazo de terreno donde no hay pasto ni nada que pueda quemarse. Si un incendio llega a ese lugar, el fuego muere cuando alcanza el cortafuegos porque no hay nada que lo alimente.
—¿Hay un incendio acercándose acá? —preguntó Alondra.
Su padre negó con la cabeza.
—Tal vez el granjero solo quiere estar preparado porque estamos en la temporada de sequía. Entonces, si se inicia un incendio en esta zona, su propiedad estará protegida —papá puso en marcha el automóvil—. ¿Saben? —agregó—, el granjero lucha contra el fuego con fuego, y nosotros podemos vencer el temor con el temor.
—¿Podemos hacer eso? —preguntó Gustavo—. No lo entiendo.
—Cuando tenemos temor de Dios, como deberíamos, ese temor se lleva todos los demás miedos de nuestros corazones —aseguró el padre—. Podríamos decir que el temor de Dios construye un cortafuegos a nuestro alrededor.
—Todavía no lo entiendo —expresó Gustavo—. No debemos tenerle miedo a Dios, ¿o sí?
—El temor de Dios tiene más que ver con el respeto y el honor —explicó papá—. Es más una cuestión de confiar en Dios y no de tenerle miedo.
—O sea, ¿es como confiar en Él cuando hay presos que se escaparon de la cárcel? —preguntó Alondra.
Su padre asintió.
—Debemos hacer todo lo posible para tener cuidado, pero solo podemos llegar hasta cierto punto. A partir de ahí, simplemente confiamos en nuestro Padre celestial y sabemos que Él se encargará de nosotros, pase lo que pase.
BARBARA J. WESTBERG
CONFÍA EN DIOS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 112:1 (NVI)
DICHOSO EL QUE TEME AL SEÑOR.
¿Tienes miedo de algo? ¿De enfermarte? ¿De perder a una persona que amas? Trata de luchar contra el temor con el temor. Construye un cortafuegos alrededor de tu corazón en este momento, con temor a tu Padre celestial, en otras palabras, confiando en Dios y obedeciéndolo. Él te ama y te salvó a través de Su Hijo, Jesús, y promete que cuidará de ti. Confía en Él en cualquier circunstancia, porque sabes que Él tiene control de todo.
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