El conductor

“¡Cuidado!”, gritó el tío Cristian.  “¡Más despacio, Magda!”  En el asiento trasero, Sergio miró a Alana y sonrió.  Cuando la tía Samanta le pidió a su esposo que le trajera algo del supermercado, ofreció permitir que Magda condujera el automóvil.  La muchacha había sacado su licencia de conducir una semana antes y, mientras manejaba, el tío Cristian le daba direcciones a diestra y a siniestra.

“Adelante hay una señal para que cedas el paso.  Es un poquito difícil de ver”, advirtió el tío.  “Siempre bajo la velocidad cuando paso por la estación de bomberos… oh, en dos semáforos más debemos girar a la derecha.  Asegúrate de tomar bien la curva… Te mostraré dónde estacionarte cuando lleguemos allá”.  El tío Cristian a duras penas dejaba de hablar solo para respirar.

Cuando llegaron al supermercado, Magda de estacionó y le entregó las llaves a su tío.  “Gracias por dejarme conducir, tío Cristian, pero creo que tú deberías manejar de regreso a la casa”.

“¿Estás segura?”, preguntó el tío mientras tomaba las llaves.

“Sí, estoy segura”, respondió Magda.  La joven sonrió y guiñó el ojo a Alana y Sergio.  Cuando el tío Cristian no podía oírlos, ella murmuró: “Normalmente me divierte mucho conducir, pero con el tío…”  La muchacha puso mala cara y todos rieron.

Esa noche, los niños le contaron el incidente a su mamá.  “El tío Cristian debió haber confiado en Margo”, aseguró Alana.  “Es una buena conductora”.

“No sean tan duros con el tío Cristian”, indicó la madre.  “Todos podemos ser así a veces”.

“Yo no”, protestó Sergio.  “Yo sí confío en Magda”.

“Sí, pero ¿confías siempre en Dios?”, preguntó mamá.  “Cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador, es como invitarlo a que se siente en el puesto del conductor de nuestras vidas.  Pero con frecuencia actuamos como si estuviéramos sentados a Su lado, diciéndole exactamente cómo conducir”.  La madre hizo una pausa.  “Oír su historia del tío Cristian en el automóvil con Magda me hizo pensar en lo que dijiste temprano sobre tu equipo de béisbol”.

Sergio frunció el ceño.  “¿Lo dices porque le pedí a Dios que me ayudara a entrar en el equipo de fútbol y Él lo hizo, pero ahora no me gusta porque soy jardinero izquierdo y no lanzador?”

Mamá asintió.  “Todos debemos recordar que Dios sabe lo que está haciendo.  Él está obrando para hacernos más como Jesús y podemos confiar en que Él nos guiará por la vida por el camino en que debemos ir”.  —  KAREN R. LOCKLEAR

CONFÍA EN QUE DIOS SABE CÓMO DIRIGIR TU VIDA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 25:4

SEÑOR, MUÉSTRAME TUS CAMINOS, ENSÉÑAME TUS SENDAS.

¿Confías en Dios y aceptas la forma en que Él encamina tu vida?  Él sabe el camino por el que debes ir para que crezcas y llegues a ser más como Jesús.  Por esa razón, Dios te enseña a confiar en Él, para que ya no insistas en hacer las cosas a tu manera.  No sabes dónde están las curvas ni lo que podría haber al doblar la próxima esquina, pero Dios sí sabe.  Confía en que Él te ayudará a salir de las dificultades y te guiará por el camino correcto.

Clave de Hoy
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