Cuatro patitas para demostrar el amor de Dios

—¿A dónde vas hoy? —le preguntó el señor Macías a su joven vecino.

—¡Hay adopciones de perros en el parque! —contestó Isaí—. Quiero un perro, pero mamá dice que no le alcanza el dinero para alimentar otra boca hambrienta. Así que solo voy a jugar con los perritos.

—También me encantan los perros —le contó el señor Macías—. Son una gran compañía. Yo tengo un patio con cerca que es perfecto para un perro, pero mis rodillas ya no son lo suficientemente fuertes como para pasear a un perro.

Isaí pensó en eso mientras corría hacia el parque. El señor Macías parecía estar muy solo desde la muerte de su esposa, y un poquito olvidadizo. Isaí sonrió, pensando en cómo últimamente el cabello del señor Macías apuntaba a todas las direcciones, como si se hubiera olvidado de peinarlo. Cada semana, la mamá de Isaí lo invitaba a la iglesia para que oyera sobre Jesús, pero la respuesta del vecino era siempre:

—Tal vez otro día.

—Puede que el señor Macías nunca vaya a la iglesia —comentó la madre de Isaí—. Pero todavía podemos demostrarle el amor de Dios. La Biblia nos dice que llevemos las cargas unos de otros, como la soledad. Podemos estar ahí para él, tal como Jesús siempre está aquí por nosotros.

Cuando Isaí fue al parque, había muchos perros, pero uno mediano de color amarillo, llamado Mike, lo seguía a todos lados.

—¿Estás solo, Mike? —le preguntó Isaí—. Deberías conocer al señor Macías. Él también está solo y tu cabello apunta a todas las direcciones, como el de él… como si alguien se hubiera olvidado de peinarte.

Eso le dio una idea a Isaí. Fue corriendo a su casa para contársela a su mamá y a ella también le gustó la idea. Juntos salieron a visitar el señor Macías.

—Hoy encontré a un perro increíble en el parque, se llama Mike —le contó Isaí—. Es un buen perro, pero parece que está solo. Si quiere adoptarlo, yo lo sacaré a pasear todos los días y le ayudaré a cuidarlo.

Mientras el señor Macías consideraba la idea, la madre de Isaí agregó:

—Es su decisión, por supuesto, pero si quisiera conocer a Mike, yo lo llevaré al parque.

Y así lo hizo. Una hora después, Mike tenía un nuevo hogar y un nuevo nombre: Mike Macías. El señor Macías tenía un nuevo amigo peludo que lo necesitaba. Ya ninguno de los dos se veía solo, pero ambos tenían el cabello despeinado. Además, Isaí estaba emocionado de ser el paseador oficial del perro.

—Bien hecho, Isaí —le dijo mamá cuando llegaron a casa—. Demostraste el amor de Dios al señor Macías a través de tu bondad.

TERESA AMBORD

LA BONDAD PUEDE LEVANTAR LA CARGA DE UNA PERSONA

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:2

LLEVEN LOS UNOS LAS CARGAS DE LOS OTROS, Y CUMPLAN ASÍ LA LEY DE CRISTO.

¿Conoces a alguien que se rehúse a aprender más sobre Jesús? Alguien dijo una vez que es probable que seamos la única Biblia que algunas personas puedan leer. No importa cuál sea tu edad, si conoces a Jesús, puedes demostrar Su amor a las personas al ayudarles cuando veas una gran necesidad. A través de tu bondad, los demás pueden ver cómo es Jesús. ¿Cómo puedes levantar hoy la carga de alguien y demostrarles el amor de Dios?

Clave de Hoy
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