Buenos servidores

—¡Una hamburguesa para mí! —anunció Lizandro después de leer el menú—.  ¡Con papas fritas!

Un hombre sonriente se acercó a la mesa.

—Mi nombre es Félix y seré su mesero por hoy.  Oí una hamburguesa.  ¿Los demás están también listos para ordenar? —el joven anotó cada orden y en pocos minutos regresó con una bandeja llena de platos con comida caliente.

—¿Por qué esas personas se llaman «meseros»? —preguntó Augusta cuando Félix regresó a la cocina.

—Porque sirven tu comida a la mesa después de esperar —respondió Lizandro.

Su madre rio.

—Sí, es una forma de servir.  Eso es lo que hacen los meseros.  Sirven a los clientes que vienen a comer.  Muchas veces se les dice «servidores», en lugar de «meseros».

—Aprendí un versículo de la Biblia que dice que debemos servir al Señor —comentó Augusta—.  ¿Es igual que ser un mesero?

—¿Ser meseros de Dios? —preguntó Lizandro—.  ¡A Él no podemos servirle comida!

—Generalmente, servir al Señor significa obedecerlo y esperar en Él con paciencia y confianza —explicó papá—.  Pero creo que podemos aplicarle también otro significado a ese versículo.  Jesús nos dice que, cuando servimos a otras personas, en realidad le estamos sirviendo a Él.  Cuando somos siervos, como Él lo fue cuando vino a la tierra para morir por nuestros pecados, demostramos a lo demás cómo es Jesús —el padre recogió la cuenta.

—No olvides la propina, papá —indicó Lizandro—.  Félix fue un buen mesero.

—Estoy de acuerdo —afirmó su padre—.  ¿Qué hace que una persona sea un bueno o mal mesero?

—Que te traiga exactamente lo que pediste —opinó Augusta—.  ¿Vieron a las personas que estaban sentadas en esa mesa?  Ellos no estaban muy felices cuando su mesero les llevó las ensaladas equivocadas. 

—Y un buen servidor es rápido —agregó Lizandro—.  Cuando pedí más salsa de tomate, Félix la trajo enseguida. 

—Además, debe ser amable y cortés para que las personas quieran volver a comer en ese restaurante —aseguró mamá.

El padre asintió.

—Hacer lo que piden los demás, responder con rapidez y ser amables… esas son algunas de las maneras en que podemos servir a Jesús al servir a otros.  Y un día, cuando lleguemos al cielo, trato de imaginar cómo será cuando el Señor nos salude: «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!».  ¡No existirá una mejor propina que esa! — ROBERT BYERS

SIRVE BIEN A JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 25:23 (NVI)

SU SEÑOR LE RESPONDIÓ: “¡HICISTE BIEN, SIERVO BUENO Y FIEL!”

¿Estás sirviendo al Señor al ser paciente y confiar en Él?  Eso es algo que todos debemos hacer mientras avanzamos por la vida con Jesús, pero eso no significa que no hagamos nada en absoluto.  Nosotros también podemos servir al Señor cuando servimos a otros.  ¿Cómo podrías convertirte en un buen servidor?  ¡Obedeciendo rápidamente cuando tus padres te digan algo?  ¿Siendo amable con alguien en la escuela?  Sirve al Señor al ser servidor de otros, tal como lo hizo Jesús.

Clave de Hoy
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