Arreglar las diferencias

—¿Sabes lo que voy a hacer mañana con Josué? —le comentó Jacob a su amigo, Luis, mientras caminaban por la vereda de su casa—.  ¡Estoy cansado de ese bravucón y he decidido que le daré un puñete si nos vuelve a molestar!

Cuando pasaron al otro lado, Jacob se sorprendió al ver que su abuelo leía en una silla en el patio, como a un metro de distancia.

—Nos vemos mañana —se despidió el niño.  Luis se despidió con la mano mientras caminaba hacia su casa.  «Espero que mi abuelito no me haya escuchado», pensó Jacob.  Sabía lo que su abuelo pensaba de las peleas.

—¿De qué estaban hablando? —preguntó el anciano.

Jacob se encogió de hombros.

—De unas cosas de la escuela, nada más —él necesitaba cambiar de tema—.  ¿Qué estás leyendo?

—Mi Biblia —el abuelo dio palmaditas en la pasta del libro—.  Estaba leyendo el pasaje que cuenta lo que ocurrió cuando Jesús fue arrestado.  Él demostró a sus seguidores que las peleas físicas no son la manera de arreglar las diferencias.

Jacob suspiró.

—Oíste lo que le dije a Luis, ¿verdad?

—Sí, te oí —afirmó el anciano—.  Y me pregunto qué es lo que te hace querer pelear.

—No quiero pelear —admitió Jacob—.  Pero todos los días este niño llamado Josué se pone a merodear en la cancha de fútbol.  Nos quita el balón si pasa cerca de donde él está, y no nos lo devuelve hasta que se acabe el recreo.

—¿Y darle un puñete es la solución? —preguntó el abuelo.

—No sé… supongo que no.  Pero ¿qué otra cosa podemos hacer?

—¿Has conversado con tu maestro sobre eso? —le preguntó el anciano.  Jacob negó con la cabeza—.  Piensa en la forma en que Jesús quisiera que manejes este problema —agregó el abuelo—.  Aunque Él sabía que iba a morir, Jesús nos enseñó a amar, no a odiar.  El Señor murió voluntariamente en la cruz por nuestros pecados porque nos ama, y Él quiere que amemos a nuestros enemigos y los perdonemos —el anciano hizo una pausa—.  Tal vez haya otra razón por la que este niño se pone a merodear en la cancha de fútbol.  Piénsalo. 

Más tarde, ese mismo día, Jacob acompañó a su abuelo en el columpio que tenían a la entrada de la casa.

—Estuve pensando en lo que me dijiste —comentó—.  No voy a pelear.  Voy a tratar de hacer algo diferente… algo que nunca he hecho antes…

—¿Qué? —preguntó el abuelo.

—¡Le preguntaré a Josué si quiere jugar con nosotros! —    ROSE R. ZEDIKER

DEMUESTRA EL AMOR DE DIOS, INCLUSO A LOS BRAVUCONES

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:18

HIJOS, NO AMEMOS DE PALABRA NI DE LENGUA, SINO DE HECHO Y EN VERDAD.

¿Qué haces cuando alguien se porta mal contigo?  ¿Le gritas, golpeas o empujas?  ¿Animas a otros niños para que se porten mal con esa persona también?  ¿O le demuestras el amor de Jesús?  Al tomar el pecado por tus pecados en la cruz, Jesús hizo posible que tú ames a tus enemigos como Él lo hace.  En lugar de vengarte cuando alguien sea malo contigo, piensa en cómo puedes responder con la paciencia y la bondad de Jesús.

*Si alguien te está acosando o haciendo bullying, es importante que busques la ayuda de un adulto de confianza.

Clave de Hoy
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