Aliméntate por tu cuenta

—¡Mamá, mira a Tomasito! —Avelina rio al ver cómo su hermanito agitaba su cuchara y se untaba el puré de papas en la cara. El niño volvía a meter la cuchara en su tazón y se la metía en la boca—. ¡Ya eres un niño grande! —le alentó su hermana—. Esta vez sí metiste bien la cuchara.

—Muy pronto estará comiendo solo —opinó su madre, dando palmaditas en la cabecita rizada de Tomasito y tomando una cuchara para darle de comer lo que quedaba de comida en su tazón. Después de entregó su taza de leche—. Toma. Puedes terminarte la leche mientras limpio la mesa.

—¿Me puedo levantar? —preguntó Avelina—. Necesito terminar mi proyecto de historia para la escuela.

Su madre asintió.

—Y si no has hecho tu devocional todavía, hazlo antes de ver la televisión.

Avelina suspiró.

—A veces creo que no debería hacer mi devocional yo sola. No entiendo muy bien la Biblia. Aprendo más en el devocional familiar porque tú y papá me explican las cosas que no comprendo. ¿Qué tal si esperamos a que sea más grande para leer la Biblia por mi cuenta?

Mamá la miró, pensativa.

—¿Qué tal si Tomasino no tratara de alimentarse solo hasta… oh, tal vez hasta los diez años? ¿No crees que sería bueno?

—No —contestó Avelina—. ¡Eso no sería bueno para nada!

—Claro —expresó su madre—. Nos encanta ayudarlo cuando lo necesita, pero también nos alegra ver cómo trata de alimentarse por sí solo, aun cuando no siempre le apunta bien a su boca y hace un desastre. Mientras siga practicando, llegará a ser mejor.

Avelina sonrió a Tomasito.

—Ya lo está haciendo mejor.

—Bueno, la Biblia es como el alimento espiritual —explicó mamá—. Mientras aprendemos la verdad de la Palabra de Dios, el Espíritu Santo la usa para fortalecer nuestra fe y nutrir nuestras almas. Puedes alimentarte de comida espiritual al aprender sobre la Biblia en la iglesia y durante los devocionales con el resto de nosotros; esas cosas son muy importantes, pero es bueno que aprendas también a alimentarte espiritualmente por ti misma.

Avelina miró la cara sucia de Tomasito.

—Cuando no entienda lo que lea, supongo que es como si no le hubiera apuntado bien a mi boca —dijo con una sonrisa.

Su madre rio.

—Entonces puedes pedir ayuda. Pero no dejes de intentarlo. Aprende a alimentarte por ti misma.

HAZEL W. MARETT

LEE LA BIBLIA POR TU CUENTA

VERSÍCULO CLAVE: 1 PEDRO 2:2

DESEEN COMO NIÑOS RECIÉN NACIDOS, LA LECHE PURA DE LA PALABRA, PARA QUE POR ELLA CREZCAN PARA SALVACIÓN.

¿Estás aprendiendo a alimentarte espiritualmente? Cuando lees la Biblia por tu cuenta, puede q no entiendas cada palabra, pero mientras siguas leyéndola, entenderás más y más. El Espíritu Santo te enseñará. El Señor también usará personas, como tus padres, pastores o maestros, para responder tus preguntas cuando necesites ayuda. Toma el tiempo para leer la Palabra de Dios y pide ayuda cuando la necesites.

Clave de Hoy
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