Algo grande y maravilloso

“Alejandra, ¿estarías dispuesta a compartir tu testimonio con el resto del grupo la próxima semana?”, le preguntó el señor Huerta después de la reunión del club bíblico.

“Oh, no sé”, contestó Alejandra.  “En realidad, no tengo nada qué compartir.  O sea, cuando la gente da testimonios, cuentan de todas las cosas malas que hicieron antes de ser salvos.  Tienen mucho para agradecer a Jesús, ya que Él los salvó de todo eso”.  La niña suspiró.  “Yo no hice un montón de cosas malas antes de ser salva, entonces, ¿qué digo?”

El señor Huerta la sonrió.  “¿Qué cosas malas hubieras querido hacer?”, le preguntó.

Alejandra se sorprendió.  “¡Ninguna!”, exclamó.  “Pero cuando ese señor que había sido futbolista profesional vino a darnos la charla, nos contó sobre su adicción a las drogas antes de ser salvo.  Y la mujer que compartió su testimonio en la iglesia dijo que iba a quitarse la vida cuando su amiga fue a su casa y le habló sobre Jesús.  Me alegra que nunca hice cosas de ese tipo, pero no tengo nada interesante qué contar”.

“Alejandra, tienes tanto para dar gracias a Dios como cualquiera de las personas a las que has oído compartir sus testimonios”, aseguró el señor Huerta.  “Jesús hizo algo grande y maravilloso por ti, al igual que lo hizo por ellos.  A pesar de que tu experiencia no fue parecida a la suya, una vez eras tan pecadora como ellos y andabas por el camino hacia la destrucción.  ¡Pero Jesús te salvó del pecado y te dio una nueva vida!  ¿No crees que eso es algo que vale la pena contar?”

“Sí”, respondió Alejandra con dudas.  “Pero… ¿no será aburrido?”

“No lo creo”, opinó el señor Huerta. “Otros niños tal vez creen que su testimonio no vale la pena para compartir.  Si oyen tu historia, eso quizá les ayude a darse cuenta de cuánto ha hecho Jesús por ellos.  A veces Dios obra de maneras dramáticas, como en esos testimonios que has escuchado.  Otras veces Él cambia corazones con calma, pero eso no es menos asombroso.  Tu testimonio no debe girar alrededor de ti, sino alrededor de Él”.

“Bueno…”  Alejandra vaciló.  “Está bien.  Incluyan mi testimonio la próxima semana.  Quiero compartir con todos sobre las cosas maravillosas que Jesús ha hecho por mí”.  —  RAELENE E. PHILLIPS

TODOS LOS CRISTIANOS TIENEN UN TESTIMONIO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 107:2 (NVI)

¿LOS HA RESCATADO EL SEÑOR? ¡ENTONCES, HABLEN CON LIBERTAD! CUENTEN A OTROS QUE ÉL LOS HA RESCATADO DE SUS ENEMIGOS.

¿Te parece que tu testimonio, es decir, la historia de cómo conociste a Jesús como tu Salvador, no es tan emocionante?  Como todos, tú naciste con una naturaleza pecaminosa, ¡pero Jesús te salvó del pecado y te ha dado vida eterna!  ¿Qué es más emocionante que eso?  Ya sea que se lo cuentes a una persona o a todo un auditorio, deja que tu historia sea un testimonio de las cosas grandes y maravillosas que Jesús ha hecho por ti.

Clave de Hoy
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