Acaparadores en el corazón

—¡Mamá, mira esto! —Sari apuntó a la televisión—. ¡Esta mujer ha estado acumulando cachivaches por más de 20 años y ahora su casa está tan llena que ni siquiera puede ir de un lugar a otro! Es un tremendo peligro para su salud y la van a obligar a salir de su hogar si no lo limpia. El equipo de personas que hacen este programa fue a ayudarla. ¡Solo mira todas esas cosas!

Su madre movió la cabeza con tristeza.

—Pobre mujer. A veces es tan difícil dejar ir algunas cosas.

Sari torció los ojos.

—¡Es su culpa por dejar que se acumularan así! ¿Acaso no se dio cuenta de que su casa estaba tan llena que le costaba caminar por ella?

—No necesariamente —contestó mamá—. Estoy segura de que sucedió gradualmente, en un tiempo muy largo, así que ella casi ni se dio cuenta. Probablemente solo fue cuando alguien más entró que esta mujer se dio cuenta de lo mal que estaba. Eso fue lo que pasó conmigo.

—¿Qué? —exclamó Sari—. ¿Tú eras acaparadora?

Su madre rio.

—Supongo que podríamos decir que sí. Pero yo no acumulaba cosas en mi casa, sino en mi corazón.

—¿A qué te refieres? —preguntó Sari.

—Bueno, cuando me hice cristiana, estaba muy emocionada por tener a Jesús en mi vida. Pero, aunque sabía que Él me había hecho una nueva persona, todavía no quería soltar algunas de las cosas pecaminosas que pensaba que eran divertidas o los resentimientos que tenía con algunas personas. Me aferraba al pecado, al enojo y a la amargura, a pesar de que aquellas cosas no pertenecían a mi nueva vida y me estaban haciendo daño a mí y a otros.

—Entonces, ¿cómo te deshiciste de esas cosas? —preguntó Sari.

—Fue cuando una amiga cristiana me mostró cómo ella veía mi vida que finalmente me di cuenta de que necesitaba ayuda. El Espíritu Santo me dio el poder de soltar mis deseos egoístas, para que pudiera vivir de una manera que refleja el amor de Jesús sin que todas esas otras cosas me estorben.

Sari miró nuevamente la pantalla en la televisión.

—Así como la mujer de este programa podrá disfrutar de vivir en su casa, una vez que haya limpiado toda esa basura.

Mamá asintió.

—¡Exactamente!

COURTNEY LASATER

SUELTA EL PECADO Y LA AMARGURA

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 12:1-2

DESPOJÉMONOS TAMBIÉN DE TODO PESO Y DEL PECADO QUE TAN FÁCILMENTE NOS ENVUELVE… PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS, EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE.

¿Te estás aferrando a las cosas que no pertenecen a la nueva vida que Jesús te ha dado? A veces es difícil soltar tu vieja manera de hacer las cosas, pero ya no eres esa persona. Jesús te hizo una persona nueva que ahora puede demostrar Su amor a otros en todo lo que hagas. Confía en que el Señor te ayudará a soltar cualquier hábito egoísta al que te hayas estado aferrando y a abrazar tu nueva vida en Él.

Clave de Hoy
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