Dos palabras

—¿Viste mi hit, papá? —preguntó César mientras se subía en la camioneta—. ¡Fue el primero de la temporada!

Su padre asintió.

—¿Sabes? Pudo haber sido doble si le hubieras echado más ganas al giro.

—Lo sé, pero… —el niño se quedó callado.

Mamá abrió la puerta de la casa cuando llegaron.

—¿Qué tal estuvo el partido, chicos?

—Hice un hit —dijo César en voz baja mientras su papá se dirigía a quitar la maleza que crecía entre las flores.

—¡Qué bien! —exclamó su madre—. Lamento no haber podido… —pero el niño ya estaba dentro de la casa, examinando la cocina para buscar un bocadillo mientras mamá lo seguía—. Hoy probé una nueva receta de galletas —ella le mostró un plato y César tomó una galleta—. Es la mejor manera de celebrar tu hit —el niño no respondió—. ¿Pasó algo en el partido, hijo? ¿Qué pasa?

—¿Por qué papá nunca dice «buen trabajo»? Son solo dos palabras. En lugar de eso, siempre señala lo que pudo haber estado mejor.

—Tu padre está orgulloso de ti, hijo. Estoy segura de eso. Solo se olvida de que es importante decirlo. Tal vez deberías hablar con él sobre eso y contarle cómo te sientes.

—Supongo —César mordió su galleta—. Oye, mamá, estas galletas están un poquito quemadas.

En ese momento, Emilia, la hermanita del niño, entró en la cocina.

—¡Lo hice! Al fin terminé la bufanda que estaba tejiendo —la pequeña la sostuvo en alto para que vieran la bufanda.

César la vio y frunció el ceño.

—¿No se supone que las bufandas deben ser más largas?

Emilia miró a su hermano y regresó a su habitación.

—¿Qué dije?

Mamá tocó el hombro de su hijo.

—Dime otra vez, ¿qué querías que tu papá te hubiera dicho después del partido?

—Buen trabajo. Solo dos simples palabras. «Buen…» —César se detuvo—. Oh.

Su madre levantó las cejas.

—Ajá. A veces todos necesitamos solo un poquito de aliento, ¿verdad? Ninguno de nosotros es perfecto, pero somos amados: ¡Dios nos ama tanto que envió a Jesús a morir por nuestros pecados! Y Él quiere que recordemos a otros que también los amamos al reconocer sus logros y animarlos.

—Voy a buscar a Emilia —indicó César—. Parece que papá y yo podemos trabajar juntos en esto —. El niño salió de la cocina, pero regresó rápidamente—. Oye, mamá, buen trabajo con esas galletas.

Mamá sonrió.

—Gracias, hijo. Eso es lo que necesitaba oír.

KELLY CARLSON

ANIMA A LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: 1 TESALONICENSES 5:11 (NTV)

ASÍ QUE ALIÉNTENSE Y EDIFÍQUENSE UNOS A OTROS.

¿Cuándo fue la última vez que dijiste «buen trabajo»? ¿Hay alguien en tu vida que necesito escuchar esas palabras? La gente rara vez hace las cosas a la perfección, pero cuando hacen su mejor esfuerzo y les va bien, debemos alentarlos, en lugar de señalar lo que pudieron haber hecho mejor. ¡En este día utiliza las «buen trabajo»!

Clave de Hoy
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