Abierta de par en par

—¡Mamá, ven a ver esto! —gritó Coral—. Los petirrojos están armando un nido en el árbol que está junto a la puerta de la casa.

La madre fue donde estaba su hija y juntas observaron cómo un par de petirrojos iban y venían volando con pasto, musgo y pequeñas ramitas en sus picos.

Un par de semanas después, los petirrojos comenzaron a llevar gusanos a su nido y Coral oyó el sonido de píos.

—¡Tuvieron bebés! —exclamó la niña.

Todos los días pasaba un tiempo observando la actividad de los petirrojos cerca de su nido. Un día el abuelo de Coral llegó de visita.

—¡Abuelito, ven a ver nuestros petirrojos!

La niña lo guio emocionada por las gradas de la entrada de la casa y apuntó el nido que había en el árbol.

—Ahí viene la mamá petirrojo —comentó el abuelo, quien observó junto con su nieta cómo aparecieron tres cabecitas calvas que abrieron su pico de par en par, y uno de los pajaritos recibió el alimento del pico de su madre.

Coral sonrió.

—¡Abren tanto sus bocas! Puedo darme cuenta de que cada vez están más fuertes, y me muero por verlos cuando aprendan a volar.

—Eso será interesante —afirmó el abuelo mientras se sentaba con su nieta en las gradas—. ¿Qué crees que pasaría si los bebés petirrojos no abrieran sus bocas para recibir su comida?

—Bueno, no podrían alimentarse… y así nunca llegarían a ser lo suficientemente fuertes para volar.

—Correcto —indicó el anciano—. Tengo otra pregunta para ti. ¿Qué pasa cuando los cristianos no abren sus corazones y sus mentes para alimentarse con la leche y la carne de la Palabra de Dios, que es la comida espiritual que Él nos da para fortalecer a Sus hijos?

—Me estás diciendo que debo leer mi Biblia, ¿verdad? —Coral suspiró—. Sé que debo hacerlo, pero a veces es muy difícil. Paso ocupada con las tareas de la escuela, los deportes y otras cosas.

El abuelo rodeó a la niña con su brazo.

—Sé que puede ser difícil, pero recuerda que Jesús nos alimenta espiritualmente a través de Su Palabra. Él la usa para fortalecer nuestra fe y nos ayuda a crecer como cristianos. El Señor lo hace cuando leemos la Biblia a solas y cuando aprendemos con otras personas, como en la iglesia.

Coral asintió.

—Sí aprendo mucho de la Biblia en la iglesia, pero me gustaría empezar a leerla por mi cuenta. Quiero ser más como esos petirrojos, con la boca abierta de par en par.

CAROLYN E. YOST

APRENDE LO MÁS QUE PUEDAS DE LA PALABRA DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 81:10

YO, EL SEÑOR, SOY TU DIOS… ABRE BIEN TU BOCA Y LA LLENARÉ.

¿Estás con la boca abierta de par en par para recibir el alimento espiritual que Jesús quiere darte? ¿Lees tu Biblia y escuchas con atención lo que te enseñan en la iglesia? Jesús tiene mucha comida buna para ti en Su Palabra, la Biblia: promesas, lecciones, palabras de ánimo, advertencias y mucho más. Escucha lo que Dios tiene que decirte. Él usará la verdad de Su Palabra para darte fuerzas y ayudarte a crecer.

Clave de Hoy
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