A. C. T.

—Hay una niña nueva en mi clase —comentó Nuri mientras ayudaba a limpiar la mesa—. Se llama Isabel, y así quiere que la llamemos… Isabel.

Su madre levantó la mirada de los platos que estaba lavando.

—Espero que te hayas portado amigable. ¿Recuerdas cómo se siente comenzar en una nueva escuela?

—Sí, pero ella es tan creída, mamá —respondió Nuri—. Le preguntamos si tenía algún apodo y dijo que, si alguien le llama con otro nombre que no sea Isabel, ella no responderá. Y se pasó hablando de la casa grande y hermosa a la que se mudó su familia.

La puerta trasera se abrió de golpe.

—¡Miren lo que encontré! ¿No les parece lindo? —Tae, el hermano de Nuri, puso un gatito mojado y lleno de lodo en el piso de la cocina.

—Tae, saca ese gato de mi cocina —indicó su madre—. ¡Está tan puerco! ¿Dónde lo encontraste?

Tae cargó al animalito asustado y tembloroso.

—Estaba detrás de la casa de Beto. Estoy seguro de que no tiene dueño. ¿Puedo quedármelo, mamá? No causará ningún problema.

—¿Ningún problema? —la madre rio y levantó los ojos—. ¡Claro, ningún problema!

Tae brincó de arriba abajo.

—¿Podemos adoptarlo?

—No es lo que dije. Un gatito necesita atención todos los días. Tendrías que cuidar de él aun si no tienes ganas; sería tu responsabilidad. ¿Estás dispuesto a hacerlo? —ambos niños asintieron emocionados—. Está bien —aceptó su madre—. Pueden quedarse con él. Haré una cita con el veterinario.

Después de llevar al gatito para una revisión médica, Tae y Nuri le dieron un baño a su nueva mascota.

—Sin duda se ve mejor —opinó mamá—, pero necesitará cuidados todos los días.

—Lo sabemos —afirmó Nuri mientras el gatito se acurrucaba en su regazo—. Solo necesita un poco de amor, comprensión y ternura. Mi maestra lo llama A. C. T.

—Vaya —expresó mamá—. Tal vez eso sea lo que también necesita la nueva niña de tu clase. Parece que se está esforzando mucho por causar una buena impresión. A lo mejor necesite una amiga —la madre se inclinó y acarició la cabeza del gatito—. Has sido buena amiga de este gato. Tu amor, comprensión y ternura me recuerda de cómo Jesús nos ama y cuida de nosotros. Tal vez puedas demostrarle Su amor a Isabel al ser también su amiga.

Nuri se quedó en silencio por un momento. Después asintió.

—Está bien. Trataré de ser su amiga.

BARBARA J. WESTBERG

TRATA A LOS DEMÁS CON AMOR

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 13:34

UN MANDAMIENTO NUEVO LES DOY: “QUE SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS”; QUE COMO YO LOS HE AMADO, ASÍ TAMBIÉN SE AMEN LOS UNOS A LOS OTROS. 

¿Conoces a alguien que necesite A. C. T. (amor, comprensión y ternura)? A veces las personas que parecen creídas o malas gentes en realidad solo están solas y necesitan un amigo. Jesús siempre nos trata con amor, comprensión y ternura, aun cuando no nos portamos bien. Puedes demostrar Su amor a otros al darles un poco de A. C. T. cuando lo necesiten y al darles tu amistad.

Clave de Hoy
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