Zarrapastroso (Parte 2)
Antonio y Eliana se sintieron aliviados cuando sus padres les dijeron que podían quedarse con el cachorro que habían encontrado. Antonio incluso pensaba que Zarrapastroso era un buen nombre, pero Eliana se rehusaba a llamarlo así. “Llamémoslo Pastel”, sugirió. “¡Los pasteles son buenos!” Antonio se encogió de hombros y aceptó.
Los niños disfrutaron su tiempo de jugar con Pastel. Le enseñaban trucos y le llevaban a caminar. “¡Buen perro!”, exclamó Eliana cuando Pastel le trajo un palito que ella le había lanzado. “¡Ahora, sería bueno si aprendieras a no entrar enlodado en la casa y a no derribar cosas y romperlas!”
“Sí… y a no morder las pantuflas o esconder los zapatos”, agregó Antonio. “¿Vamos a tener que regañarte tanto toda la vida por hacer esas cosas?”
Eliana suspiró. “Me da miedo que deje de querernos si lo regañamos tanto”.
Antonio asintió. “A mí también, pero tenemos que entrenarlo”.
Sus temores eran en vano: Pastel siempre era leal. Corría para recibirlos, moviendo la cola y brincando de arriba abajo, emocionado. Los seguía por todos lados y quería estar con ellos constantemente.
“Pastel nos ama, a pesar de que a veces lo regañamos”, observó Antonio después de decirle al perro con firmeza que se alejara de la mesa mientras cenaban.
“Bueno, estoy segura de que él sabe que ustedes lo aman”, comentó mamá. “Lo rescataron y lo cuidan bien. Pastel lo sabe y les retribuye su amor”.
“Creo que podemos sacar una lección de esto”, expresó papá. “Nuestro Padre celestial nos ama. Él nos salvó, nos provee lo que necesitamos y cuida de nosotros. ¿Le alabamos y mostramos que estamos agradecidos, aun si tuviera que disciplinarnos cuando pecados? ¿Las cosas que hacemos y decimos muestran que Lo amamos en retribución por todo lo que ha hecho por nosotros?”
“¿Cómo podríamos mostrarlo?”, preguntó Eliana.
“Bueno”, opinó Antonio, “a Zarrapastroso le gusta pasar tiempo con nosotros y…”
“¡Se llama Pastel!”, interrumpió Eliana a su hermano.
Antonio sonrió. “Él también está aprendiendo a obedecernos. Al igual que Pastel, deberíamos aprender a servir y obedecer a Aquel que nos ama y cuida de nosotros”. — JAN L HANSEN
DEMUESTRA TU AMOR A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 4:19
NOSOTROS AMAMOS PORQUE ÉL NOS AMÓ PRIMERO.
¿Le muestras a Dios que Lo amas en retribución por todo lo que ha hecho por ti? ¿Lo alabas con tus labios? ¿Lo sirves para demostrar Su amor a los demás? ¿Lo obedeces en lo que haces y dices? Puede que Él te discipline para ayudarte a que aprendas a no pecar, pero lo hace porque te ama. Dios te rescató y te provee todo lo que necesitas. Alábale, sírvele y obedécele en respuesta al amor que Él tiene para ti.
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