Verano de celebración

—Tenía tantas esperanzas de ver las cataratas del Niágara este verano, luego que tuvimos que cancelar el viaje del año pasado por la pandemia —le comentó Melinda a su hermano—, y ahora papá…

—No es culpa de papá que hayamos tenido que cambiar nuestros planes para el verano —interrumpió Jonás—. Uno de sus compañeros de trabajo se rompió la pierna, así que papá no puede sacar vacaciones por ahora.  Al menos todavía tiene trabajo y no fue despedido como muchos otros.

—Me parece que aquí tenemos dos opciones —opinó su madre—.  Podemos ahogarnos en quejas y lloriquear todo el verano, o podemos estar agradecidos por las cosas que sí podamos hacer.  Podemos tener un verano de celebración y hacer cosas cerca de casa.

Melinda frunció el ceño.  —¿Qué estaríamos celebrando?

—¿Qué tal si celebramos la buena salud, el estar juntos… y el trabajo que Dios le ha dado a tu padre? —sugirió mamá— ¿Qué tal si celebramos el gran amor de Dios por nosotros y la salvación que nos ha dado a través de Jesús?

—Bueno… está bien.  Pero ¿cómo se celebran esas cosas? —preguntó Melinda.

—Podemos pasar tiempo en el lago y en el bosque, y disfrutar la belleza de la creación de Dios que nos rodea —contestó su madre.

—¿Podemos hacer alguna de las cosas que siempre decimos que quisiéramos hacer algún día? —preguntó Jonás—.  Me encantaría ir al museo de aviones.

Mamá asintió.  —Incluyamos esas cosas en el plan.

—¿Y la fábrica de chocolates? —pregunto Melinda, comenzando a emocionarse con la idea.

—Me parece muy bien —afirmó su madre.

—Y vayamos a acampar en el enorme estanque de la granja del señor López —propuso Jonás—.  Él nos invitó el otro día.  Podríamos ir un fin de semana, para que papá también pueda venir.

—Y llevemos al abuelo con nosotros —señaló Melinda—. ¡Le encantará!

Mamá sonrió.  —Esa es una excelente idea.  ¿Qué tal si incluimos a uno o dos amigos en cada una de nuestras salidas?  Celebremos la bendición de Dios con otras personas.

—¡Qué genial! —Jonás sonreía de oreja a oreja—. Las vacaciones ya comenzaron a ser divertidas y no tendremos que pasar muchos días viajando por carretera.

—Además, las vacaciones no durarán solo una semana —comentó Melinda—. ¡La diversión será para todo el verano! —  BARBARA J. WESTBERG

DISFRUTA LAS BENDICIONES QUE TE RODEAN

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 68:19 (RVR60)

BENDITO EL SEÑOR; CADA DÍA NOS COLMA DE BENEFICIOS, EL DIOS DE NUESTRA SALVACIÓN.

¿Te sientes decepcionado por un cambio de planes?  Probablemente tus planes hayan cambiado mucho el año pasado y tal vez esperabas poder al fin hacer algo, pero las cosas no salieron así.  A pesar de que no todo salió como lo planeaste, todavía puedes dar gracias a Dios por Sus muchas bendiciones, incluyendo la mayor bendición de todas: que Jesús haya muerto por tus pecados, para que tengas la salvación y disfrutes la vida con Él.  Durante tus vacaciones, celebra las cosas buenas que Dios te ha dado.

Clave de Hoy
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