Una nueva familia

Mara se sentó con su hermanito Felipe en la sala de su familia para armar el juego de mesa que habían recibido por Navidad. Mientras armaban las piezas del juego, su hermana mayor, Abigaíl, entró con su esposo, Daniel.

—Hola, ¿podemos jugar? —preguntó Daniel, despeinando cariñosamente el cabello de Mara.

—¡Claro! —contestó la niña. Mara y Felipe se movieron para hacerles un puesto. Cuando estaban listos para empezar el juego, sonó el celular de Abigaíl.

—Oh —dijo la hermana mayor, mirando a su esposo—. Es tu mamá.

—Probablemente quiere agradecerte por los platos que le enviaste. Te dije que le iban a gustar mucho —opinó Daniel.

Abigaíl sonrió y salió de la habitación. Al salir, Mara oyó que Abigaíl contestaba el teléfono:

—Hola, mamá.

La niña hizo una mueca de confusión. Su hermana mayor estaba hablando con la madre de Daniel, no la suya.

—¿Por qué Abigaíl llama «mamá» a tu madre? —le preguntó a Daniel.

—Bueno, ahora Abigaíl es también parte de mi familia —contestó Daniel—. Cuando tu hermana y yo nos casamos, ella se unió a mi familia y mis padres ahora la ven como a una hija más. Le dijeron que ella podía llamarlos «mamá» y «papá», para que se supiera que es bien recibida en la familia.

Mara asintió mientras pensaba en lo que acababa de oír.

—Eso suena como algo que aprendí en la iglesia. En la escuela dominical aprendimos que la Biblia dice que todos somos adoptados como hijos de Dios cuando confiamos en Jesús, y hay otro pasaje en la Biblia que compara un matrimonio con Jesús y la iglesia. Nuestra maestra dijo que Jesús nos hace parte de la familia de Dios y eso nos hace hijos de Dios también.

—Exactamente —contestó Daniel con una sonrisa—. Cuando la Biblia se refiere a la iglesia como la novia de Cristo, está hablando de todas las personas que creen que Jesucristo es el Hijo de Dios, nuestro Salvador que murió y resucitó para salvarnos de nuestros pecados. Cuando Jesús nos salvó, nos hizo parte de la familia de Dios y recibimos el Espíritu Santo, lo cual nos hace hijos de Dios.

En ese momento, Abigaíl regresó.

—¿Están listos para jugar?

Todos asintieron y Felipe lanzó el dado, que cayó en el seis.

—¡Sí! —exclamó—. ¡Yo voy primero!

Todos rieron y, mientras Mara miraba a todos, hizo una oración en silencio, dándole gracias a Jesús por hacerle parte de la familia de Dios.

RAVEN HUNTER

JESÚS NOS HACE HIJOS DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:15 (NTV)

[USTEDES] RECIBIERON EL ESPÍRITU DE DIOS CUANDO ÉL LOS ADOPTÓ COMO SUS PROPIOS HIJOS. AHORA LO LLAMAMOS «ABBA, PADRE».

¿Conoces a Jesús como tu Señor y Salvador? ¿Has sido adoptado en la familia de Dios y te convertiste en uno de Sus hijos? Dios quiere que seas su hijo o hija; por eso envió a Jesús a morir por ti. Cuando confiamos en Jesús, el Espíritu Santo nos da la bienvenida a la familia de Dios. Si no has puesto tu confianza en Jesús, confía en Él hoy mismo, y Él te convertirá en uno de los hijos de Dios. (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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