Una luz para compartir

“Vamos, papá.  Estamos listos”, chilló Lina.  Todos estaban reunidos para una noche familiar.  Afuera había una tormenta, pero en la sala de estar todos estaban cómodos y abrigados, con muchos juegos y palomitas de maíz.

“Ya voy”, gritó el papá desde la alcoba.

En ese momento, se fue la luz.  “¡Oh no!”, dijo Manuel.  “¡No hay luz!”

“Y ahora, ¿qué vamos a hacer?”, preguntó Lina.

“Querido”, llamó la mamá, “trae la vela grande de la aloba, por favor.  Los fósforos están ahí, en el cajón”.

“Está bien”, respondió el papá.  “Espero que pueda encontrarlos en la oscuridad.  ¡Ay!  ¡Me golpeé el dedito del pie con la cómoda!”  En pocos instantes vieron un brillo en la habitación, cuando el papá encendió el fósforo, y enseguida llegó a la sala de estar con la parpadeante vela.

“Espero que venga pronto la luz”, dijo Manuel.  Estaba ansioso por empezar los juegos y comer las palomitas de maíz.

“A mí no me importa.  Me gusta estar a la luz de las velas”, expresó Lina.

Todos estuvieron de acuerdo en que podían ver bien como para iniciar con un juego.

“Es increíble la diferencia que puede hacer una pequeña luz, ¿verdad?”, observó mamá.  Lina asintió con la cabeza.  “Cuando se fue la luz, la oscuridad me daba miedo, pero cuando papá trajo la vela, alumbró toda la sala”.

“Un lugar oscuro puede dar miedo”, explicó el papá, “pero no da tanto miedo como la oscuridad del pecado en que vive la gente cuando no conoce a Jesús.  Ellos tienen una buena razón para vivir atemorizados.  Debemos compartir la luz del amor de Dios y Su verdad con ellos, para que ya no tengan que tropezarse en las tinieblas”.

“Así como cuando te golpeaste el dedito en la alcoba, ¿verdad, papá?”, preguntó Manuel con una sonrisa.

“Algo así”, contestó papá, “pero si no vienen a la luz, a Jesús, tendrán consecuencias mucho más serias”.

“Entonces debemos dejar que nuestra luz brille, así como decía en el versículo que aprendí en la iglesia la semana pasada”, recordó Lina.  “Debemos contar a los demás acerca de Jesús y comunicarles cuánto Él los ama”.  ROBERT TRUESDALE

COMPARTE LA LUZ DE JESÜS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:16 (NVI)

HAGAN BRILLAR SU LUZ DELANTE DE TODOS, PARA QUE ELLOS PUEDAN VER LAS BUENAS OBRAS DE USTEDES Y ALABEN AL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO.

¿Estás compartiendo el amor de Jesús y Su verdad con los que te rodean?  No escondas su luz porque te da vergüenza de lo que otros puedan pensar o decir de ti.  Muchas personas tropiezan en la oscuridad del pecado y necesitan la luz de Jesús en sus vidas.  Cuenta a otros sobre Él y muestra Su amor en todo lo que hagas.  Comparte la luz de Jesús con el mundo, ¡ellos la necesitan!

 

Clave de Hoy
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