Una lección de Toby

Toby, el cachorrito de Macarena, siempre estaba chocándose con todo. Corría muy rápido y nunca ponía atención a dónde iba. Después de golpearse contra la puerta corrediza de vidrio por tercera vez en el día, la niña lo cargó en sus brazos.

—Ten cuidado de dónde corres —le dijo mientras acariciaba su pelaje—. Tienes que bajar la velocidad. ¡Te vas a hacer daño!

—¡Es hora de cenar! —gritó su madre.

Macarena dejó el cachorrito con delicadeza y fue a la cocina.

—¿Toby está mejor? —preguntó mamá.

—Realmente no —contestó Macarena con un suspiro—. Quisiera que dejara de correr tan rápido.

—Lo hará —aseguró su padre—. Lo hace solo porque es un cachorrito.

En ese momento oyeron que Toby tosía con fuerza.

—Parece que también va a tener que aprender a comer más lento —comentó mamá.

Después de la cena, Macarena cargó a Toby y lo llevó a la sala para el devocional.

—Ver a Toby me hizo acuerdo de una historia bíblica —indicó papá—. Un día, Jesús visitó a dos de sus amigas, a dos hermanas llamadas María y Marta. María se sentó a escuchar las enseñanzas de Jesús, pero Marta se quedó ocupada en todas las preparaciones para la cena, ya que en el tiempo de Jesús era muy importante que los invitados estuvieran felices y bien alimentados. Ella estaba tan ocupada, corriendo por todos lados, asegurándose de que todo estuviera listo, que se olvidó de sacar el tiempo para sentarse con Jesús.

—¡Igual que Toby! —exclamó Macarena—. Él siempre está corriendo como loco.

—Muchas veces somos así también —explicó el padre—. Corremos de un lado para el otro. Es fácil quedarnos ocupados en nuestras vidas cotidianas, pero Jesús nos llama para que descansemos, que bajemos la velocidad y pasemos tiempo con Él en Su Palabra y en oración. Podemos descansar porque, a través de Su muerte y resurrección, Jesús hizo el trabajo que debía hacerse, para que podamos ser salvos y tener vida eterna. Cuando bajamos la velocidad y dejamos que el Señor nos recuerde Su amor, experimentamos Su amor, fuerza y paz.

Mamá asintió.

—Así como Toby necesita tranquilizarse un poco y bajar la velocidad para no hacerse daño, nosotros tenemos que ir más lento para poder sentarnos con Jesús y meditar en las preciosas promesas de Su Palabra.

LISA FULLER

SOMOS LIBRES PARA DESCANSAR EN JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 4:8 (NTV)

ACÉRQUENSE A DIOS, Y DIOS SE ACERCARÁ A USTEDES. LÁVENSE LAS MANOS, PECADORES; PURIFIQUEN SU CORAZÓN, PORQUE SU LEALTAD ESTÁ DIVIDIDA ENTRE DIOS Y EL MUNDO.

¿Te encuentras a menudo corriendo por todos lados, demasiado ocupado para descansar y oír de Dios? En nuestro mundo de ocupaciones, es fácil creer que debemos trabajar todo el tiempo. Pero Jesús nos muestra algo diferente. Ya que Él murió en la cruz, no tenemos que andar apurados para tratar de agradar a Dios o a otras personas. Más bien, podemos descansar en Su amor por nosotros y disfrutar de estar con Él.

Clave de Hoy
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