Una lección de Sombra

—Micael se paró en el pasto y deseaba tener alguien con quién jugar.

—¡Timoteo! —gritó con fuerza, esperando que su vecino lo escuchara—. ¡Timoteoooo!

La mamá de Micael apareció en la puerta de la casa.

—Ve y golpea la puerta de la casa de Timoteo, hijo. No es de buena educación que te pares a gritar afuera de su casa.

—Pero ¿y si su mamá abre la puerta? —preguntó Micael—. ¿Y si no quiere que la molesten?

—Oh, hijo, la mamá de Timoteo es una señora muy amable. No se molestará por abrir la puerta —le aseguró su madre—. No seas tan tímido.

Micael miró la puerta de los vecinos. Mamá tenía razón, él era tímido con los adultos que no conocía bien. Pero saber eso no lo hacía sentirse más valiente. «Creo que solo voy a jugar aquí», pensó cuando su madre entró de nuevo en la casa. «Tal vez Timoteo me vea y quiera salir». Micael caminó detrás de la casa, donde estaba el árbol de arce donde vivía la ardilla negra. La había bautizado Sombra y muchas veces trataba de acercarse para observar cómo el animalito buscaba los granos de maíz que papá había puesto junto a la cerca. Al principio, Sombra siempre huía. Ahora la ardilla lo observaba con sus ojillos negros, pero solo corría cuando Micael estaba a pocos centímetros de distancia.

—Creo que Sombra está empezando a confiar en mí —le comentó el niño a su madre durante el almuerzo.

—Está aprendiendo que no estás ahí para hacerle daño —indicó mamá—. Eso me hace pensar en ti. Todavía estás aprendiendo a confiar en nuestra nueva vecina, la madre de Timoteo. Cuando la conozcas mejor, te darás cuenta de que a ella le dará mucho gusto que visites su casa. Mientras más conoces a una persona, es más fácil confiar en ella —mamá empujó su silla, se puso de pie y llevó sus platos sucios al lavaplatos—. ¿Sabes, hijo? Lo mismo sucede en nuestra relación con Dios. Mientras mejor lo conozcamos, más fácil será confiar en Él. Conocemos mejor a Dios cuando leemos Su Palabra y aprendemos sobre Jesús, que nos ama tanto que entró Su vida por nosotros —ella sonrió—. Sé que puedo confiar en que Él me ayudará a enfrentar cualquier cosa.

Micael pensó en cómo Sombra estaba conociéndolo y confiando cada vez más en él. «Quiero ser así con Dios», pensó. «Y quiero confiar en Él para que me ayude a no ser tan tímido con la mamá de Timoteo y con los demás adultos».

JUDITH K. BOOGAART

CONOCE A DIOS Y CONFÍA EN ÉL

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 40:4

CUÁN BIENAVENTURADO ES EL HOMBRE QUE HA PUESTO EN EL SEÑOR SU CONFIANZA.

¿Estás aprendiendo a confiar en Dios? ¿Acudes a Él en situaciones difíciles y dependes del Señor para que te ayude? Mientras más conozcas a Jesús, más podrás confiar en Él en las situaciones que afrontas día a día. Tu Biblia te cuenta todo acerca de Él. Léela por tu cuenta, aprende más sobre las Escrituras en la iglesia y habla con Jesús todos los días para conocerlo mejor.

Clave de Hoy
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