Una cometa en la brisa

Una tarde con brisa, papá llevó a Alena y a Teo al parque para probar sus nuevas cometas.

—Mi cometa volará más alta que la tuya —desafió Teo, mirando con orgullo su cometa de color amarillo brillante con bordes azules.

—¡Eso ya lo veremos! —contestó Alena antes de lanzar su cometa blanca con rojo al aire. Teo también aventó su cometa al aire y en un rato las dos estaban en el aire.

Por unos minutos, las cometas se remontaron en el cielo, volando cada vez más alto.

—¡Dale, cometa, dale! —gritó Teo—. Demuéstrales a todos que eres la mejor —el niño sonrió y gritó triunfante cuando la cometa de su hermana de repente cayó al piso—. ¿Viste? ¡Mi cometa es la reina de las cometas! —declaró Teo, pero unos momentos después, su cometa le hizo compañía a la de su hermana en el piso.

—¡Vaya reina tienes ahí! —se burló Alena.

Teo refunfuñaba mientras caminaban para recoger las cometas caídas.

—¿Qué pasó? ¿Por qué mi cometa dejó de volar?

—Estabas tan orgulloso de tu cometa que te olvidaste de lo que la hace volar —comentó su padre.

—Es el viento —señaló Alena—. El aire está tranquilo por ahora, casi no hay brisa. Por eso nuestras cometas no vuelan —ella sonrió a su hermano—. Te olvidaste de la brisa, ¿verdad?

—Supongo que sí —respondió Teo—. Pensé que solo necesitaba una cometa superbuena, pero también necesito una brisa superbuena.

Papá asintió.

—Mucha gente comete el mismo error que tú, hijo.

—¿En serio? —Alena estaba sorprendida—. Creí que todos sabían que se necesita el viento para volar una cometa —ella miró a su hermano—. Con excepción de Teo, quiero decir.

Su padre sonrió.

—Teo se olvidó de que necesita el viento, pero ¿quién creó el viento?

—Dios lo creó —contestó Alena.

—Correcto —afirmó papá—. Dios provee el viento que las cometas necesitan para volar, y también provee la fuerza y las habilidades que necesitamos para todo lo que hacemos. Muchas veces nos olvidamos de que Dios es quien nos da el poder para hacer incluso las cosas más simples.

Teo asintió, pensativo.

—Sí, hasta respirar —expresó.

—Y los que confían en Jesús han recibido un poder aun mayor —declaró papá—. Tenemos el poder del Espíritu Santo, quien nos ayuda a hacer lo bueno y amar a otros. Debido a la buena obra que Él hace en nuestras vidas, la gente puede ver que le pertenecemos a Jesús.

TANYA FERDINANDUSZ

DIOS TE DA EL PODER PARA TODO LO QUE HACES

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 15:5

[JESÚS DIJO:] «SEPARADOS DE MÍ NADA PUEDEN HACER». 

¿Alguna vez has sentido que puedes lograr cualquier cosa si te fijas una meta? No te olvides de que no puedes hacer nada sin Dios. Él creó a todos y nos dio las habilidades que tenemos. Sin el Señor, ¡ninguno de nosotros podría hacer nada! Y Él es quien empodera a los cristianos a través del Espíritu Santo para demostrar Su bondad y amor. Dale gracias a Dios por todo lo que puedes lograr cada día.

Clave de Hoy
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