Amor perruno

El nuevo perrito de Aurora se movía en sus brazos.

—¡Lo llamaré Duque! —anunció.

—Duque tiene mucho que aprender —indicó su padre—. Tendrá que entrenarlo con premios cuando se porte bien y disciplinándolo cuando se porte mal.

Aurora rio cuando Duque lamió su cara.

—Él no se portará mal. Lo amaré tanto que querrá ser bueno. Ya lo verás. ¡Duque será el mejor perro en todo el mundo!

Pero Duque no fue un buen cachorro. Cavó agujeros en el jardín de flores y mordió zapatos. No venía cuando se lo llamaba. Aurora lo regañaba y lo disciplinaba, pero Duque siempre volvía a meterse en problemas.

—Cuando regaño a Duque, actúa como si estuviera arrepentido —comentó Aurora un día—. Entonces lo acaricio y lo abrazo, pero se da la vuelta y vuelve a hacer las mismas cosas malas otra vez. ¿No puede ver cuánto lo amo? ¿Por qué sigue portándose mal?

—A veces toma mucho tiempo entrenar un cachorro —declaró papá—. Estoy seguro de que Duque aprenderá en algún momento. Pero ¿sabes una cosa? Tú y yo tenemos mucho en común con Duque.

—¿A qué te refieres? —preguntó Aurora.

—Cuando adoptaste a Duque, dijiste que lo amarías tanto que él querría portarse bien contigo, ¿recuerdas? En lugar de eso, siempre se mete en problemas… y nosotros muchas veces somos así con Dios. Él nos ama tanto que envió a Jesús a salvarnos al morir por nuestros pecados, y nos está enseñando a obedecerlo como Sus hijos. Sin embargo, todavía nos desviamos por nuestros propios caminos y hacemos cosas que sabemos que no deberíamos hacer.

—Entonces, ¿debemos aprender a obedecer a Dios, así como Duque tiene que aprender a obedecerme? —preguntó Aurora.

—Correcto —afirmó papá—. A pesar de que todavía pecamos y cometemos errores, Dios es paciente con nosotros y siempre nos perdona. Él nos corrige cuando fallamos y nos enseña a obedecerlo y a demostrar Su amor a los demás.

Aurora cargó a su cachorrito y lo miró a los ojos:

—No te preocupes, Duque. No he dejado de amarte y te ayudaré para que aprendas a obedecerme. ¡Y tú me ayudarás a recordar cuánto Dios me ama!

DEBORAH S. MARETT

DIOS NOS ENSEÑA A OBEDECER

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 14:15

SI USTEDES ME AMAN, GUARDARÁN MIS MANDAMIENTOS.

¿Eres un hijo o hija de Dios que obedece? Él te ama tanto que quiere solamente lo mejor para ti. Dios envió a Su propio Hijo a morir por ti, para que pudieras ser su hijo o hija. ¿Lo amas? Entonces obedécelo como tu Padre celestial. Confía en que el Señor te ayudará a vivir de tal manera que demuestre Su amor a los demás. Cuando falles, confiésale tu pecado. Dios te perdonará y te enseñará pacientemente a hacer las cosas a Su manera y no a la tuya.

Clave de Hoy
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