Una canción que Dios ama

Leer: Salmo 100

—¿Cómo les fue hoy en la escuela dominical? —preguntó mamá mientras la familia reunida almorzaba después de la iglesia.

—Genial —señaló Lidia—. La señora Segovia siempre hace que las historias sean interesantes.

—¿Aprendieron alguna canción nueva hoy? —preguntó papá.

—Hoy no —contestó Ignacio, quien rio al mirar a su hermana sentada al otro lado de la mesa—. ¿Oíste cantar a Román?

—¡Que si lo oí! —dijo Lidia con una risita—. ¿Cómo podría no oírlo?

—Canta tan fuerte y solo de milagro canta bien una nota —opinó Ignacio—. No soporto sentarme a su lado durante el tiempo de la canción.

Después del almuerzo, todos salieron a sentarse en el patio. Ignacio y Lidia jugaban un juego en la mesa. La niña levantó la mirada cuando unos gorriones se posaron en los arbustos del jardín y los observó.

—Los gorriones no son los pájaros más bonitos, pero me encanta oírlos cantar —comentó.

Su madre apuntó algo con el dedo.

—Ahí hay un colibrí alimentándose en esa flor roja. ¿Y vieron las urracas en la parte de atrás del jardín? Son lindas, pero no cantan bien.

—¿Cuál canción de los pájaros creen que Dios ama más? —preguntó su padre.

—No sé, probablemente las ame por igual —comentó Lidia—. Él creó a todas las aves.

Papá asintió.

—¿Y qué pasa con las personas? ¿Ama Dios las alabanzas de todos?

—Claro —aseguró Ignacio—. Dios nos ama a todos por igual, y ama oírnos cantar mucho más que a los pájaros —el niño miró a su padre—. Creo que ya se a dónde quieres llegar. Estás pensando en Román, ¿verdad? —al ver sonreír a su padre, el hijo agregó—: Supongo que Dios ama cuando todos cantan, aun si no son afinados. ¿Verdad, papá?

—Exactamente —declaró su padre—. Cuando cantamos de nuestros corazones y alabamos a Dios por salvarnos y hacernos Sus hijos, estoy seguro de que ama escucharnos.

Lidia suspiró.

—Puede que Román no sea el mejor cantante, pero sí canta desde su corazón y no le importa lo que piensen los demás.

Ignacio asintió.

—Román, no te volveré a criticar —exclamó dramáticamente.

Lidia miró nuevamente a los gorriones.

—Dios cuida de los gorriones —cantó con dulzura—, y cuida también de mí.

VERA M. HUTCHCROFT

A DIOS LE ENCANTA OÍR CANTOS DE ALABANZA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 68:32

CANTEN A DIOS, OH REINOS DE LA TIERRA; CANTEN ALABANZAS AL SEÑOR.

Cuando cantas alabanzas, ¿lo haces desde tu corazón? ¿Piensas en las palabras que cantas y las ofreces a Dios en gratitud por todo lo que ha hecho por ti? Dios ama la alabanza genuina. Quizá el Señor te haya dado una voz hermosa. Si es así, úsala para Su gloria al cantarle. Pero aun si no tuvieras el talento para cantar, ¡canta de todas maneras! A Dios le encanta oír las alabanzas de Sus hijos.

Clave de Hoy
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