Un don especial

—Mamá, ¿puedo llevarle algunas a la señora Huerta, mañana después de la escuela? —preguntó Alba una noche, cuando ella y su madre terminaron de hornear galletas.

—Me parece una buena idea —afirmó mamá.  Su vecina no podía caminar bien y no salía mucho, así que Alba pasaba por su casa con frecuencia, después de la escuela, para saludarla.  A veces, su amiga Isabel también las acompañaba.

Al día siguiente, durante la tarde, Alba corrió hacia la puerta de la señora Huerta y tocó el timbre.

—¡Señora Huerta, estoy aquí! —gritó mientras abría la puerta.

—Hola, Alba —saludó la vecina.  Estaba sentada en su sillón favorito, envuelta en una vieja frazada—.  Hoy hace tanto frío y llueve mucho, así que estoy bien arropada.

—Se ve abrigada y cómoda —aseguró Alba con una sonrisa—.  ¿Quiere que le prepare una taza de té?  También traje algunas galletas hechas en casa.

La señora Huerta sonrió.

—Sí, ¡muchas gracias!  Qué amable eres.

Mientras bebía su té, la señora Huerta le preguntó a Alba por su amiga, Isabel.

—Oh, ella no pudo venir hoy porque tenía clases de flauta —respondió la niña con un suspiro—.  ¡Ella es tan talentosa!  Toca el piano y la flauta… y también puede cantar.  ¡Yo no puedo hacer ninguna de esas cosas!  No soy buena para nada.

—Pero ¿qué dices, Alba?  ¡Eso no es verdad! —contestó la señora Huerta—.  Tienes un don muy especial: la habilidad de hacer que los demás se sientan bien.  Este día yo estaba tan desanimada, hasta que llegaste.  ¡Eres como un pequeño rayo de sol! —la vecina sonrió a la niña—.  Me recuerdas a Filemón en la Biblia.  En apóstol Pablo escribió que Filemón reanimaba a quienes lo conocían.  Tú también haces lo mismo, Alba.  Llevas a otros a Jesús por tu bondad y consideración.  Demuestras el amor de Dios en la forma que vives.  Ese es uno de los mejores dones que una persona puede tener.

Alba se acercó a la señora Huerta y le dio un abrazo.

—Me alegra saber que puedo ayudar para que otras personas se sientan reanimadas —expresó—, pero nunca hubiera creído que ese sea un don especial de Dios —la niña sonrió—.  Gracias por decírmelo.  —  LINDA M. WEDDLE

SÉ AMIGABLE Y CORTÉS

VERSÍCULO CLAVE: FILEMÓN 1:7 (NTV)

TU AMOR ME HA DADO MUCHA ALEGRÍA Y CONSUELO, PORQUE MUCHAS VECES TU BONDAD REANIMÓ EL CORAZÓN DEL PUEBLO DE DIOS.

¿Tienes una actitud de cuidado hacia otros?  ¿Te tomas el tiempo para simplemente estar con ellos, conversar, escucharlos?  Si es así, no hay duda de que les reanima tenerte como amigo.  Mira a tu alrededor.  Pídele a Dios que te ayude a encontrar a alguien a quien puedas alentar con tu amistad.  Él te ha dado el regalo de Su amor y Su bondad para que puedas compartirlo con los demás.

Clave de Hoy
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