Un corazón que crece
“Hortensia, baja ya. Zoila llegará en cualquier minuto”, llamó su madre. Hortensia conoció a Zoila en su grupo de apoyo de cáncer y las familias llegaron a ser muy cercanas. Ahora el cáncer de la mamá de Zoila se extendía rápidamente y la familia de Hortensia planificaba adoptar a Zoila si su madre no se recuperaba.
La niña arrastró los pies. “No quiero que Zoila venga”.
Mamá frunció el ceño. “Tú sabes que su madre tiene su tratamiento los próximos días. Zoila necesita que nuestra familia le apoye en este momento”.
Hortensia comenzó a llorar. “No quiero que la mamá de Zoila muera. Y no quiero que ella tome mi lugar en la familia. ¿Y si decides amarla a ella más que a mí?”
La madre abrazó a su hija. “Tampoco deseo que la mamá de Zoila muera, pero si se va con el Señor, Zoila no te reemplazará en mi corazón”. Ella acarició el cabello de Hortensia para peinarlo. “¿Sabías que, de cierto modo, tú también fuiste adoptada?”
Hortensia se quedó perpleja. “¿Yo?”
Mamá asintió. “Fuiste adoptada por Dios. Cuando pusiste tu confianza en Jesús como tu Salvador, Él no solo perdonó tus pecados, sino que te convertiste en Su hija. Dios te adoptó, ¡y ahora le perteneces!”
Hortensia se quedó pensando por un minuto. “Zoila y su mamá aman a Jesús también. ¿Significa que ya hemos sido adoptadas en la misma familia?”
“¡Por supuesto que sí!”, aseguró su madre. “Todos somos parte de la familia de Dios”. Ella miró a su hija. “¿Crees que, cuando Dios te adoptó, reemplazaste el amor que Él tenía por Zoila y su mamá?”
Hortensia puso una mueca. “¡Por supuesto que no!”
“Bueno, Dios nos hizo del mismo modo”, indicó mamá. “Si Zoila viene a nuestra familia, nuestros corazones crecerán, se harán más grandes y se llenarán de amor unos por otros”.
Hortensia se relajó un poquito, pero todavía se veía preocupada. “Pero ¿qué pasará con su mamá?”
“Esa es la mejor parte”, respondió la madre. “Puesto que es hija de Dios, Él nunca la dejará y siempre cuidará de ella. Si se queda con nosotros, Dios estará con ella y, si muere, Dios también estará ahí, esperándola para darle la bienvenida a casa”.
De repente sonó el timbre de la puerta. Hortensia se levantó de un brinco, sonriendo. “¡Yo abro! Estoy segura de que Zoila necesita ayuda con sus cosas”. — BETHANY DEN BOER
ERES UN HIJO O HIJA DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:1
MIREN CUÁN GRAN AMOR NOS HA OTORGADO EL PADRE: QUE SEAMOS LLAMADOS HIJOS DE DIOS.
¿Alguna vez has pasado por una situación difícil? Quizá tienes problemas con los niños de tu escuela o alguien que conoces está enfermo y sufre. La Biblia dice que Dios te ama y que Le perteneces. Él sacrificó a Su Hijo, Jesús, para que puedas ser Su hijo o Su hija y nada puede cambiar el amor que Él tiene para ti. Confía en que Él estará contigo y te ayudará en cualquier situación que afrontes.
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