No más como Jonás

Citlali estaba por llegar a su casa cuando su vecino pasó a toda velocidad en su bicicleta por un enorme charco en la vereda.  El niño rio al mirar atrás para ver la reacción de la muchacha cuando el agua lodosa la salpicó.  Sacudiéndose la mayor cantidad de agua posible, Citlali corrió hacia su casa.

Su madre la miró, sorprendida, cuando Citlali lanzó la puerta para cerrarla.  “¡Mira lo que hizo Cristian!”, se quejó la niña.  “Papá y tú me dicen todo el tiempo que sea amigable con él.  Bueno, no lo voy a hacer.  ¡Nunca más le voy a hablar, a menos que no me quede opción!”

Mamá se acercó para ayudar a Citlali a secarse.  “Lo que hizo no fue muy amable de su parte”, aseguró, al oír lo sucedido, “pero todavía creo que tú, así como tu papá y yo, debemos ser amables con él”.

“¿Por qué?”, preguntó Citlali.  “¡Él es tan mala gente!”

“Con mayor razón debemos ser bondadosos con él”, opinó mamá.  “No creo que él ni nadie de su familia sea cristiano.  Él necesita conocer que Jesús lo ama y que él puede recibir el perdón de sus pecados”.

“¡Yo no quiero que él reciba ningún perdón!”, exclamó Citlali.  “Quiero que él reciba su merecido”.

“Suenas como el profeta Jonás”, comentó su madre.

“¿Cómo?”, preguntó Citlali.  “Él fue tragado por un gran pez que luego lo vomitó en tierra seca”.

“Me vino a la mente lo que pasó después”, explicó mamá.  “Cuando Dios le dijo a Jonás que advirtiera al pueblo de Nínive del juicio venidero, al principio se rehusó.  Después de su episodio con el pez, sí fue y les predicó.  Los ninivitas se arrepintieron de su pecado y Dios los salvó, pero eso no le gustó a Jonás.  Él creía que debían ser castigados y recibir su merecido.  Parecía que el profeta se había olvidado de que era un pecador al que Dios había elegido salvar y pensó que sabía más que Dios sobre cómo debía ser tratada la gente de Nínive”.

Citlali suspiró.  “No quiero ser más como Jonás.  Supongo que eso significa que tengo que portarme bien con Cristian”.

“Y también orar por él”, agregó su mamá.  “Oremos para que Jesús nos use para mostrar Su amor a Cristian y a su familia”.  —  HARRIETT A. DURRELL

COMPARTE EL AMOR DE DIOS CON LOS DEMÁS

VERSÍCULO CLAVE: MARCOS 16:15

VAYAN POR TODO EL MUNDO Y PREDIQUEN EL EVANGELIO A TODA CRIATURA

¿Estás dispuesto a compartir el amor de Jesús con todos?  ¿Aun con los que no se portan bien contigo?  ¿O hay algunos niños que quisieras que reciban su merecido?  No seas como Jonás.  Todos merecemos ser castigados, pero Jesús decidió sacrificar Su vida para que podamos ser salvos.  Ora por los demás y haz lo que puedas para ayudarlos a conocer a Jesús.  Luego alégrate cuando veas que alguien se convierte a Él y recibe la salvación.

Clave de Hoy
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