Un amigo enfermo
Cosme se sentó en las puertas de la entrada de su casa, con su mano en la quijada. Solo podía pensar en su amigo, Tito. «¿Cómo puede estar tan enfermo que los doctores dicen que es probable que nunca vuelva a sanar?», se preguntó el niño. «¡Hace unos días estábamos patinando juntos!»
La puerta se abrió y la madre de Cosme le entregó un vaso de limonada.
—Me parece que debes tener sed —le dijo.
Cosme tomó el vaso y bebió la limonada sin notar siquiera lo deliciosa que estaba.
—Mamá, ¿por qué las personas se enferman y… y mueren?
—Bueno, la enfermedad y la muerte son un resultado del pecado que entró en el mundo —explicó su madre—. La muerte nos llegará a todos, tarde o temprano. Y aunque nos rompe el corazón ver a alguien tan pequeño como Tito enfrentar una enfermedad tan grave como esta, recuerda que Jesús nos ofrece esperanza. Él conquistó la muerte cuando murió en la cruz, para que podamos resucitar un día, como Él —ella abrazó a su hijo—. Y Dios ama a Tito.
—Voy a seguir orando para que Tito se sane —dijo Cosme—. ¿Eso está bien?
Su madre asintió.
—Todos oraremos por él. Oremos para que Jesús les dé a él y a su familia consuelo y paz, y para que puedan confiar en Dios, pase lo que pase.
Unos días después, mamá platicó con los padres de Tito.
—Tito se siente un poco mejor, y seguramente disfrutará tener la compañía de un amigo —le contó su madre a Cosme—. ¿Quisieras ir al hospital a visitarlo?
El niño dudó.
—Pero, mamá, ¿qué le voy a decir?
—Bueno, podrías hablarle de los entrenamientos de fútbol, de la escuela, o de cualquier cosa de la que conversarían normalmente —sugirió su madre.
Cosme todavía se miraba preocupado.
—¿Y si Tito quiere hablar de su enfermedad?
—Entonces deja que lo haga. A veces lo más bondadoso que puedes hacer por las personas que enfrentan una situación difícil es escuchar y permitir que hablen de cómo se sienten. No tienes que fingir que entiendes lo que Tito está viviendo, pero sí puedes recordarle que Jesús le entiende y lo ama mucho.
Cosme fue por su chaqueta. Todavía tenía miedo de ir, pero quería ver a su amigo. «Jesús, por favor, ayúdame a saber qué decirle a Tito cuando lo vea», oró. «Ayúdame a recordarle que puede sentir Tu consuelo y Tu paz porque confía en Ti». — LENORA MCWHORTEN
DIOS DA CONSUELO
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 1:3-4 (NVI)
ALABADO SEA EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO… QUIEN NOS CONSUELA EN TODAS NUESTRAS TRIBULACIONES.
¿Alguna vez uno de tus amigos o parientes estuvo muy enfermo? Cuando falleció uno de tus seres queridos, ¿te preguntaste por qué sucedió? La enfermedad y la muerte son el resultado de vivir en un mundo roto por el pecado. Estas causan dolor, pero Jesús da consuelo a los cristianos. El Señor les promete una vida eterna con Él, donde no habrá más enfermedad ni muerte. Al confiar en Jesús, puedes tener paz, aun en los momentos más difíciles.
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