Trébol y el cono

Cuando Alisa llegó a casa, después de la escuela, vio que su perrita usaba un cono de plástico alrededor de su cabeza, corrió y se sentó a su lado en el suelo. Mientras Trébol la miraba con ojos tristes color marrón, Alisa sintió que su corazón le iba a estallar.

—¡Mamá! —gritó con voz temblorosa—. ¿Qué le pasó a Trébol?

Su madre entró desde la otra habitación.

—Lo siento, hija. Iba a enviarte un mensaje y me olvidé. Trébol está bien, pero ella pisó un pedazo de madera con astillas en el jardín y se lastimó la pata. El veterinario la vendó, pero tiene que usar un cono para que no se lama la pata y que la herida no se infecte.

—Pero ¿qué va a pasar con la caminata en el desfile que habrá mañana por el Día de San Patricio? —preguntó la niña.

Mamá negó con la cabeza.

—Temo que la perrita no puede apoyar mucho peso en su patita.

Los ojos de Alisa se llenaron de lágrimas.

—¡Pero a ella le encanta caminar en el desfile! E incluso compramos un pañuelo con tréboles verdes para que ella lo use —la niña enterró su cara en el suave pelaje de su perrita—. Lamento mucho que te haya pasado esto, Trébol.

La madre se arrodilló y acarició la espalda de Alisa.

—Trébol estará bien, hija, pero estoy segura de que le ayuda saber que la amas y quieres consolarla.

La niña aspiró.

—Sé que ella detesta usar este cono y su patita seguramente le está doliendo también. Verla triste y adolorida me hace sentir igual.

Mamá asintió.

—Esto me recuerda de algo que leí en mi Biblia esta mañana, sobre la compasión de Jesús por nosotros. A veces, cuando pasamos por cosas difíciles, puede parecer que Dios está distante y que no le importa, pero nada está más lejos de la verdad. Jesús promete que siempre estará con quienes confían en Él, y está con nosotros, aun cuando sentimos dolor. Él sabe cómo nos sentimos porque también ha experimentado dolor, tristza y dificultades cuando vino a la tierra para morir por nuestros pecados, y nos consuela en nuestros problemas.

Alisa sonrió a su perrita.

—Así como yo quiero consolar a Trébol —sus ojos de repente se iluminaron—. Oye, mamá, en lugar de hacer que Trébol camine en el desfile, ¿podríamos ponerla en el vagón verde? Creo que eso le alegrará.

Su madre sonrió.

—¡Esa es una gran idea!

COURTNEY LASATER

JESÚS SIENTE NUESTRO DOLOR

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 1:3-4 (NVI)

BENDITO SEA EL DIOS Y PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, PADRE DE MISERICORDIAS Y DIOS DE TODA CONSOLACIÓN, EL CUAL NOS CONSUELA EN TODAS NUESTRAS TRIBULACIONES, PARA QUE TAMBIÉN NOSOTROS PODAMOS CONSOLAR A LOS QUE ESTÁN EN CUALQUIER AFLICCIÓN, DÁNDOLES EL CONSUELO CON QUE NOSOTROS MISMOS SOMOS CONSOLADOS POR DIOS.

¿Estás afrontando circunstancias difíciles en tu vida? Puede que no siempre entendamos por qué Dios permite que ocurran cosas difíciles, pero sabemos que Jesús entiende nuestro dolor y promete que estará con nosotros en nuestras luchas. Él sabe exactamente lo que estás viviendo y cómo te sientes, y quiere consolarte y animarte. Comparte tu dolor y tu tristeza con Jesús, porque sabes que Él le importas y se preocupa por ti.

Clave de Hoy
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