Sirve en medio de tu encierro

“¡Mamááááá!  ¡Si tengo que pasar un día más con ella, me volveré loco!”  Diego tomó una manta que estaba en el sillón y se cubrió la cabeza con ella.

“¡Si tengo que estar cerca de ÉL un minuto más, voy a gritar!”, contestó Mariela.

Su madre se dejó caer en el sillón, junto a Diego.  “Hija, ven a sentarte con nosotros un minuto”, indicó mamá.  Diego espió a su hermana por debajo de la manta y la fulminó con la mirada.

“Hijos, sé que esta pandemia ha sido difícil para ustedes.  Es difícil para todos, ya que a todos nos ha tocado vivir de una manera diferente a la que estábamos acostumbrados.  Digamos algo que echamos de menos ahora.  Yo empiezo.  Extraño las reuniones de nuestro grupo de la iglesia”.

“Yo extraño ir al laboratorio de fabricación para trabajar en mis proyectos de computación”.  Diego suspiró con nostalgia.

“Extraño ver a todas mis amigas y hacer pijamadas”, compartió Mariela con tristeza.

La madre abrazó a sus dos hijos.  “Ahora quisiera que mencionemos algo por lo que estamos agradecidos.  Yo estoy agradecida porque papá encontró un nuevo trabajo después de haber sido despedido”.

“Estoy agradecido porque tenemos comida… ¡y papel higiénico!  ¡La gente estaba como loca acaparando el papel higiénico!”  Diego abrió sus ojos por el asombro.

“Yo estoy agradecida porque no tenemos el virus”, expresó Mariela en voz baja.

Mamá asintió.  “Más que nada, estoy agradecida porque Jesús nos ama tanto que murió y resucitó por nosotros, y porque Él promete que nos ayudará en momentos difíciles”, afirmó.  “¿Cómo creen que podemos demostrar Su amor a las personas que están pasando por dificultades en este momento?”

“Puedo hacer unos dibujos y enviarlos por correo a los ancianos que conocemos y que no pueden salir este tiempo de sus casas”, exclamó Mariela con una sonrisa.

“¡Puedo publicar videos en Internet para niños y adultos que necesiten ayuda con la tecnología!”, señaló Diego, emocionado.

“¡Muy buenas ideas!  Yo haré algunas llamadas para ver si puedo ir por artículos de primera necesidad para la gente que no puede salir”, expresó mamá.

Diego le lanzó suavemente una almohada a su hermana.  “Gracias, mamá.  ¡Ya me siento mejor!  A pesar de que estamos encerrados en la casa, podemos servir a los demás, ¡y a Jesús!”  —  SAVANNAH COLEMAN

SIRVE A DIOS AUN CUANDO PASES POR MOMENTOS DIFÍCILES

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 6:7

SIRVAN DE BUENA VOLUNTAD, COMO AL SEÑOR Y NO A LOS HOMBRES.

¿Cuándo fue la última vez que pasaste por un encierro o una situación que no ha sido tan agradable?  La próxima vez que te suceda, trata de servir a otras personas.  Jesús nos dio el ejemplo supremo de servicio en medio de un tiempo de dificultad.  El mismo Hijo de Dios bajó a nuestro mundo para entregar Su vida por nosotros.  Él sanó a los enfermos y mostró amor a todos.  Después murió en la cruz para que podamos ser salvos.  Cuando te sientas encerrado, aprovecha la oportunidad para servir a Jesús al demostrar Su amor a otras personas que también están pasando por momentos difíciles.

Clave de Hoy
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