Sigue bateando
Todas las tardes durante una semana, Tato sacó lápices, pintura y cartulina tan pronto como llegaba a casa de la escuela. “Quiero ganar el concurso de arte de la biblioteca municipal”, le contó a su papá. “Me encanta dibujar”.
En el día del concurso, Tato esperó ansiosamente la decisión de los jueces. Finalmente, todos llegaron a un acuerdo y uno de ellos puso el listón del tercer lugar en uno de los cuadros. No era el de Tato. El listón del segundo precio fue para otro dibujo que tampoco era el de Tato. El estómago del niño se hizo un nudo. Al fin, un juez tomó el listón del primer lugar, caminó hacia un cuadro y lo pegó en una esquina. Tato pestañeó para contener las lágrimas cuando se dio cuenta de que no había ganado ningún premio.
“Voy a renunciar al arte”, le dijo Tato a su papá después del concurso.
“¿En serio?” El padre se frotó la quijada. “¿Sabes quién es Baby Ruth?”
“Claro”, señaló Tato. “Era un jugador famoso de béisbol en la década de 1920. Probablemente es el jugador más famoso en la historia de ese deporte”.
“Correcto”, afirmó su papá. “Fue el primero en batear sesenta carreras en una temporada, pero ¿sabías que también lo poncharon muchas veces?”
“¿En serio?”
El padre indicó que sí con la cabeza. “Lo que le convirtió en un buen jugador es que él siguió practicando con el bate cuando otros ya se hubieran desanimado y renunciado. Se necesita persistencia en todo, ya sea para batear o para dibujar cuadros”.
Tato suspiró. “Supongo que me estás diciendo que no renuncie al arte, ¿verdad?”
Papá asintió. “Dios te dio ese amor por el dibujo y la pintura para que puedas usarlo para Él, no para ganar reconocimiento para ti mismo. Es posible que algún día ganes premios por tu arte, y eso sería genial, pero no debería ser la razón para que lo hagas. En lugar de renunciar, disfruta y desarrolla la habilidad que Jesús te ha dado, y úsala para llevar a otros hacia Él”.
“Bueno, ayer vi una hoja volante en la escuela que decía que necesitan voluntarios para ayudar a pintar caras en la noche familiar del preescolar”, comentó Tato. “A lo mejor debería tratar de batear esa pelota”.
“Me parece una excelente idea”, reafirmó su padre, mientras sonreía a su hijo. “¡Toma el bate!” – CAROLYN E. YOST
DESARROLLA TUS TALENTOS CON PACIENCIA
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 25:21 (NVI)
SU SEÑOR LE RESPONDIÓ: “¡HICISTE BIEN, SIERVO BUENO Y FIEL! EN LO POCO HAS SIDO FIEL; TE PONDRÉ A CARGO DE MUCHO MÁS”.
¿Estás desarrollando pacientemente los talentos que Dios te ha dado? A veces puede ser frustrante y es probable que haya algunas cosas que Él solo querrá que hagas por un tiempo y luego avances a otras cosas. Pero el no recibir premios o reconocimiento no es una buena razón para que te rindas en algo que disfrutas hacer. Jesús te dio ese talento para que puedas usarlo para ayudar a otros a conocerlo a Él. Así que no te rindas, ¡sigue bateando!
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