Detrás de la máscara

Cuando dos personas que se veían extrañas aparecieron en la puerta de la sala, Alejandro, un niño de tres años, rápidamente saltó del lugar donde estaba sentado y corrió a esconderse detrás de la silla de su madre.  Uno de los que acababa de llegar rio.  “Ven, Alejandro”, dijo una voz conocida.  “¿No te gusta nuestra apariencia?”

Alejandro dio un vistazo, pero se quedó escondido.  ¡No le gustaba para nada cómo se veían estas personas!  Estaban vestidos con ropas raras y tenían máscaras en sus rostros.  Uno de ellos se veía como un enorme monstruo verde.  El otro tenía ropas negras brillantes y un largo cabello rubio.

Mamá soltó una carcajada.  “Ustedes escogieron muy bien sus disfraces para la fiesta de hoy.  Quítense sus máscaras para que Alejandro pueda ver quiénes son”.

Ellos se quitaron las máscaras y Alejandro vio a su hermano, Carmelo y… ¿era esa su hermana, Marcela?  La niña estiró su brazo y se quitó la peluca rubia.  “¿Ya me reconoces, Alejandro?”, preguntó mientras peinaba con su mano su cabello pelirrojo corto.

Pocos minutos después, Alejandro también estaba probándose las mascas y la peluca, riéndose cuando se miraba en el espejo.

“¡Ya quiero que sea hora de ir a la fiesta!”, exclamó Marcela.  “Estoy emocionada por ver los disfraces de todos.  No le contaré a nadie lo que me voy a poner.  Quiero ver por cuánto tiempo podré engañar a la gente”.

Su padre sonrió.  “Me alegra que puedas divertirte con esto.  Pero tu disfraz me recuerda de lo importante que es no usar una máscara todos los días”.

“Pero ¿quién haría algo así?”, preguntó Carmelo.

“Bueno, de cierta manera, cualquiera de nosotros podría hacerlo”, contestó papá.  “Podemos tratar de vernos como algo que no somos.  Por ejemplo, si vamos a la iglesia, damos ofrendas a las obras de caridad y hacemos muchas buenas obras, podríamos engañar a otros para que crean que somos cristianos.  Pero Dios sabe quiénes somos en verdad.  Él ve el pecado y la vergüenza que estamos tratando de ocultar detrás de la máscara”.

“Esa es la razón por la que Él envió a Su Hijo a morir por nosotros”, afirmó Marcela.

“Correcto”, aseguró el padre.  “Jesús quita nuestro pecado y nos da Su bondad.  Él llena nuestros corazones con el Espíritu Santo, para que podamos seguirle y obedecerle.  Para ser verdaderos cristianos, debemos quitarnos nuestras máscaras y confiar en Jesús”.  – HAZEL MARETT

DIOS VE TU CORAZÓN

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 4:13 (NTV)

NO HAY NADA EN TODA LA CREACIÓN QUE ESTÉ OCULTO A DIOS… Y ES A ÉL A QUIEN RENDIMOS CUENTAS.

¿Te pones una máscara, no solo para las fiestas de disfraces, sino todos los días?  ¿Vas a la iglesia y tratas de ser bueno para que otros crean que eres cristiano?  Es probable que puedas engañar a otras personas, pero no puedes engañar a Dios.  Él ve lo que se esconde en tu corazón.  Quítate la máscara y confía en Jesús para que te salve de tus pecados y te convierta en un verdadero cristiano.  (Si deseas conocer más sobre las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti, haz clic aquí).

Clave de Hoy
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