Sigue al líder

—¡Mira toda esa gente! —exclamó Agustín—. ¡Este tráfico es terrible!

—Sí —afirmó su padre—. Más vale que el desfile de hoy sea bueno o voy a querer haberme quedado en casa —él avanzó lentamente con el tráfico—. Muchos automóviles están girando aquí. Me parece una buena idea. A lo mejor conocen algún lugar para estacionar a la vuelta de la esquina —entonces dio un giro a la derecha, siguiendo al automóvil que estaba frente a él.

Inmediatamente el tráfico mejoró, pero en lugar de encontrar un lugar para estacionar, se encontraron en una larga rampa que los llevaba a la autopista.

—Oh, no —se quejó papá—. ¡No vi el letrero para la autopista! Ahora tendremos que conducir por varios kilómetros antes de volver —él regañó al automóvil que iba por delante—. Muchas gracias, señor. ¡Me guio mal!

Mamá rio.

—Entonces, ¿esto es su culpa?

—¿Y qué me dicen del automóvil que está detrás? —preguntó Agustín—. Noté que también nos siguió. ¿Esa es tu culpa, papá?

El padre sonrió.

—No. ¡Ellos debían ver por dónde iban! —todos rieron.

—Oye, Agustín, papá suena como tú —comentó el hermano del niño, David—. La semana pasada dijiste que no era tu culpa que te hayas metido en problemas en el día de campo de la iglesia, porque solo estabas haciendo lo mismo que hacían los niños mayores. Al mismo tiempo, no creíste que era tu culpa cuando Graciela copió lo que hiciste.

—A ver, a ver, ya lidiamos con ese problema, así que no sigamos sacándolo a colación —indicó su madre.

Papá asintió.

—Pero sí hay una lección para nosotros aquí. Tendemos a olvidar que Dios nos ha dado a cada uno la habilidad de tomar nuestras propias decisiones, y Él desea que hagamos eso, en lugar de seguir como ciegos a la multitud.

—Sí —expresó mamá—. Además, Dios nos ha dado el Espíritu Santo, que nos guía para que sepamos cómo vivir en de una manera que demuestre a otros que le pertenecemos a Jesús y que tenemos Su amor en nuestros corazones. Él debería ser el ejemplo que seguimos en todo lo que hacemos.

El automóvil se acercó a una rampa de salida.

—No sé qué hará el tipo que está frente a mí —señaló papá—. Pero yo voy a salir aquí para volver.

Cuando salieron de la autopista, Agustín miró para ver si el automóvil de atrás los seguiría. Y sí, los siguió.

HAZEL W. MARETT

SIGUE EL EJEMPLO DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: 1 TIMOTEO 4:12 (NTV)

SÉ UN EJEMPLO PARA TODOS LOS CREYENTES EN LO QUE DICES, EN LA FORMA EN QUE VIVES, EN TU AMOR, TU FE Y TU PUREZA.

¿Estás usando la libertad que Dios te dio para pensar por ti mismo en lugar de seguir a la multitud? Jesús te salvó del pecado y te dio el Espíritu Santo para que puedas vivir una vida que apunte a otros hacia Él y a Su amor por nosotros. No uses la excusa de que «todos los demás lo hacen». Más bien, sigue a Jesús como tu ejemplo. Cuando confías en que Él te ayudará de una manera que demuestre su bondad y amor, diriges a otros hacia Jesús.

Clave de Hoy
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