Sé el regalo

Sara miraba anhelante el afelpado gato de peluche que estaba sobre el estante.  Era justo lo que quería para Navidad, comenzando por el collar brillante que tenía alrededor de su cuello.  Lentamente lo puso en el carrito de compras.

Su madre se agachó para revisar el precio.  “Hija, este juguete no se ajusta a nuestro presupuesto.  Tenemos que conseguir otra cosa para nuestra pequeña”.

Cada año, la familia de Sara participaba en un programa que enviaba cajas de zapatos con regalos para los niños en todo el mundo que, de no ser por la generosidad de otros, no recibirían nada en Navidad.  Lo más importante era que a estos niños les hablaban de Jesús y de Su amor por ellos. 

“Lo sé, mamá”.  El labio de Sara tembló un poco.  “Esta pequeña necesita el gatito más que yo, así que puedes comprarlo para ella en vez de para mí, como regalo de Navidad”.

La madre sonrió.  “Entonces lo compraremos para ella.  Puedo ver cómo la luz de Jesús brilla en tu corazón ahora mismo.  Estás siendo el regalo al sacrificar lo que realmente quieres para que otra persona pueda tener algo especial”.

Sara le hizo un gesto afirmativo a su mamá.  “¡Así como Jesús es un regalo para nosotros!  Él no tenía que venir a la tierra como un bebé en un pesebre.  No era Su obligación entregar Su vida y morir en la cruz por nosotros… pero Él quería que tuviéramos el perdón de nuestros pecados y vida eterna con Dios”.

“¡Ese sí es el mejor regalo de todos!”, exclamó la madre con una sonrisa.

Ellas siguieron caminando por los pasillos de la tienda.  “Cepillo de dientes, barra de jabón, medias…”  Mamá iba tachando los artículos de su lista.  “¡Parece que nuestra pequeña ya tiene todo lo que necesita!”

“Y también algo que podría querer”, dijo Sara con un guiño.

Su madre hizo una pausa y se veía pensativa.  “Cuando confiamos en Jesús para que sea nuestro Salvador, Él no solo nos da vida eterna.  También nos da todo lo que necesitamos para esta vida”.

“¿Como la pasta de dientes?”, preguntó Sara.

Mamá rio.  “Sí, también la pasta de dientes, pero más bien pensaba en Sus bendiciones espirituales, como la capacidad de amar a otros, de decir que no al pecado y perseverar en los tiempos difíciles.  Él nos da todo lo que necesitamos para tener una vida de piedad”.

Sara sonrió.  “Me alegra tanto que Jesús fuera un regalo para nosotros, y que podamos seguir Su ejemplo al ser regalos para otros”.

Su madre asintió.  “A mí también, hijita”.  —  SAVANNAH COLEMAN

SÉ UN REGALO PARA OTROS

VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 9:11 (NTV)

SERÁN ENRIQUECIDOS EN TODO SENTIDO PARA QUE SIEMPRE PUEDAN SER GENEROSOS; Y CUANDO LLEVEMOS SUS OFRENDAS A LOS QUE LAS NECESITAN, ELLOS DARÁN GRACIAS A DIOS.

¿Has recibido el regalo que Dios da gratuitamente a las personas?  La Biblia dice que Dios nos ama tanto que envió a Su único Hijo, Jesús, para salvarnos.  Cuando confiamos en Jesús, Él nos da vida eterna con él, para siempre.  Además, nos da una vida nueva aquí en la tierra, con todo lo que necesitamos para vivir para Él.  Si eres hijo o hija de Dios, tienes todas las bendiciones espirituales en Cristo.  ¿De qué manera puedes seguir Su ejemplo y ser un regalo para otra persona en este día?

Clave de Hoy
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